11 de febrero de 2009

La Invasión de China (III)

Los del traje caro se cabrean un montón entre copita y copita de cognac del bueno claro, que el buen gusto es importante. Cogen el teléfono y les cantan las cuarenta a los Gobiernos occidentales, que no olvidemos que aunque las ignoren por hacer caso a sus amos fueron elegidos democráticamente por las ciudadanías. Los politicastros de turno como buenos y obedientes canes ponen a disposición de las Multinacionales sus Fiscalías y Servicios Policiales para que luchen contra el plagio, que la verdad es que es ilegal. Y callan como canallas cuando Yonks se lleva la fábrica de pienso para lagartijas a China dejando paradas a 2 comarcas y media.
En China han adoptado lo peor de este feroz y desalmado capitalismo neoliberal globalizado y lo han aunado al peor de los totalitarismos fascistas. Es un arma perfectamente engrasada, además de imparable e indesmontable, y muy temible mas ahora que la dirigen hacia todo el mundo. ¿Cómo?
Cuántas veces en el último año nos hemos dicho: ¡vaya! han puesto un chino barato donde antes estaba la tienda de muebles. O mientras vas con el coche: ¡Mira chati! donde antes estaba el concesionario de coches de segunda mano hay otro chino barato. ¿Cuántas? Muchas verdad.
Uno que aunque de letras, sabe algo de economía por aquello de sacar adelante a una familia con un sueldo normalito y pico, piensa que cómo es posible que pagen ese solar tan caro, ya que está en el centro del pueblo, y luego lo llenen de cosas hasta arriba.
Es el Gobierno Chino el que paga todos esos gastos, y el que se hace cargo de todos los impuestos que se generan; además de los acuerdos bilaterales del Gobierno con China; que aunque no son secretos tampoco los conocen mucha gente. Estaría bien que se publicaran y supieramos así todas las ventajas que tienen.
No quiero quitarles sus derechos, quiero una competencia leal, cosa que hoy por hoy no existe. Trabajan día y noche, de lunes a domingo y en todo tipo de festividadades, pasándose los horarios oficiales por el mismo forro del que hablábamos antes, cargándose las microeconomías de barrios y ciudades enteras. Esta es la primera invasión, tan lejana y kafkiana que nadie se entera.
La segunda invasión, y aquí lo dejo, que ocurrirá tarde o temprano vendrá cuando el Gobierno chino ofrezca a los Gobiernos pagar las deudas externas y/o intervenir con su capital al saneamiento de las Multinacionales de los trajeados bebedores de buen cognac.

La Invasión de China (II)

La Multinacional Wuaik quiere montar una fábrica de churros largos verdeazulados para la crin de caballo tordo, que se van a vender a lo bestia cuando contraten a Michael Peñasco, la última megaestrella del country y del cine de títeres, para su titánica campaña publicitaria. ¡Un pelotazo vamos! No va a quedar hogar en el mundo que no tenga un mono churrito de colores en el caballo de los niños.
Los gestores de la citada Multinacional se encajan en China un lunes a mediodía y se reunen con los dirigentes del Politbureau chino. La primera sorpresa que se llevan los benditos es que todos los chinos tienen la misma cara con gafas de pasta y llevan el mismo traje gris oscuro feo de narices, que resalta más todavía con el azul marino de sus caros trajes italianos. La segunda sorpresa que los llena de regocijo y los pone al borde la eyaculación es que montar la fábrica les sale por dos duros. Los chicos de los trajes caros flipan en colores y eso que el opio chino no lo han visto ni de lejos. El martes noche ya estan de vuelta en sus lujosas mansiones: ¡Prueba conseguida!.
La voz se corre por todos los mentideros de 5 estrellas del orbe. A Wuaik, la siguen la Torrenz, ¡sí contra! esa que fabrica aceite de remolacha; la Tepez que fabrica radios para motosierras, a partir de ahora el mercado en los leñadores del norte de Europa no se les resistirá.
Casi todas las fábricas de los señores de los trajes caros italianos estan montadas en China. Ergo, China se convierte en el mayor polígono industrial del mundo. Ahora resulta que llegan los verdes diciendo que contaminan mucho. Los de los trajes caros dicen con voz seria, grave y judicial: ¡a mi no me mires pisha, que eso es suelo Chino!. Los del Politbureau se descojonan de la risa, incluso alguno se hace pipi encima del descomunal ataque carcajeril: 'en Europa llevais dos siglos contaminando a tope y ahora nos colgais el muerto a nosotros, irse todos al mismo c...'dijeron los chinos (en chino claro)
Y todos felices, unos con el churrito y sobre todo las Multinacionales que ganan una millonada con el idem. Los del Politbureau que aunque tengan caras de chino y de no enterarse de un pimiento, no tienen un pelo de tontos, empiezan a darle vueltas al asunto. Los trajes caros no los queremos, pero todo lo demás sí, incluido el resto del mundo. ¡Cómo aquí en China el sistema de patentes nos lo pasamos por el forro de los cojones, al lado de cada fábrica A, monto mi fábrica B y ahora la millonada también me la gano yo! Y ¿porqué? Porque el europeito de a pie me va a comprar a mi el churro de la marca 'jnhqwjhfjhw' (escrito en chino claro) a la mitad de precio antes que el Wuaik que cuesta una pasta.
Todavía resuenan los ecos de la juerga gitana que se montaron los del Politbureau. Los del traje caro pusieron mala cara, protestaron dignamente como lo haría cualquiera que hubiera estudiado en Oxford, Yale o la Sorbona: ¡Los chinos nos están tocando los cojones!

La Invasión de China (I)

El mundo pasa por una crisis financiera y económica de características homéricas. Si la situación persiste durante un año más la crisis será social, incluso cultural. Es posible que las calles se llenen de barricadas, que aumente el tráfico negro y se generalice-normalice el mundo de ultratumba de las mafias. Es posible que aumente la violencia de género y contra la infancia, debido al grandísimo número de hombres parados sin remisión y con una frustración gigantesca. En fin, el peor de los panoramas nos deja un mundo de esos de novela y cine de ficción al estilo Orwell, Blade Runner o Johnny Nmemonic. Por ahora, a los que vamos avisando de esta posibilidad plausible del futuro nos llaman demagogos y agoreros. Espero quedarme con esa etiqueta y no tener razón.
Pero en esta ecuación hay una incógnita de la que hace meses no sabemos nada. En prensa, radio y televisión, en internet también, oímos y leemos como el caos financiero avanza por muchos paises. De China hace meses que hay un silencio mediático casi absoluto. Y no solo es por el ferreo control de las autoridades. Desde la Olimpiada de Beijing todo lo que escuchamos de China es: nada.
Aquel evento fue el pistoletazo de salida a la mayor invasión que jamas hayamos vivido nunca. Es una invasión incruenta y sin derramamiento de sangre, no hay ni armamento de destrucción masiva ni ocupación de suelo extranjero por parte de esa potencia. Esto es una cosa completamente novedosa. Y lo más curioso es que las armas que utilizan no las inventaron ellos. Fue la muy occidental Globalización la que se las dio. Nos están golpeando con nuestro propio martillo.
Es importante dejar claro cuando se dice 'occidental globalización', que ésta sale de ahí y no que pertenezca a ésta. Yo como occidental no me siento propietario de semejante artilugio inmundo. Sería mejor decir que un sector occidental fabricó una estructura y la lanzó al mundo para que luego, como un boomerang, estallase en la cara de todas las ciudadanías occidentales.
Los Poderes Fácticos de las Finanzas y la Industria inventaron la globalización para poder enriquecerse ya no solo en Europa y Norteamérica, sino también, del resto del Mundo. Estamos hablando, simple y llanamente, de ansias de poder y codicia, pero rebozados de una manera tan especial, que parece algo muy complejo y complicado. Es como si invitamos a uno de estos nuevos cocineros de relumbrón para que te haga un 'aire de nosequeraro' pero en el fondo es la carne del puchero de toda la vida.
Ellos fabrican su juguetito y lo lanzan al mundo, los otros lo han cogido y lo han abierto en canal, diseccionando cada uno de sus mecanismos, le han hecho sus modificaciones y ahora nos lo devuelven con forma de virus mortal. Pero lo devuelven a la ciudadanía, porque toda esa ralea de factotums de los negocios, la economía y la industria y los politicastros que los apoyan sufren poco. ¿Cuántas noticias hemos escuchado en estos meses de que algún político de campanillas ceda parte de su millonario sueldo?¿Y los banqueros que no dan créditos se les congela el sueldo?¿Y los dueños de las Multinacionales que cierran en este país, dejaran de ganar sus millones? ¡Ninguna verdad! Por cierto, decir la verdad solo parece demagogia a la mente perversa que manipula esa verdad.