6 de marzo de 2009

Para los trekkies

Los Expertos

Vivimos en el país de los expertos. Y somos tan expertos que hasta nos permitimos el lujo de ir desparramando por ahí nuestras grandes opiniones y peritaciones. Históricamente en este país todo el mundo ha sabido de toros y de fútbol. Especialmente de esto último. Desde siempre cada españolito cree saber cuál sería la mejor de las selecciones posibles. La sociedad se ha modernizado y ahora somos los mayores expertos en el tiempo que va a hacer en los fines de semana y en los coches, especialmente en aquello que tiene que ver sus averías. Dos de cada tres somos expertos en diagnóstico de radiador agujereado y tres de cada cinco en carburadores sucios. Y ya hay una incipiente dominio de las bombas de aceite. ¡Tremendo verdad!
Una vez dejado atrás el siglo XX y con el XXI galopando a toda leche ahora somos unos expertos en moviles, teles de plasma e Internet. El emule y el Bitcomet, ni te digo ya del messenger. Cualquiera podría dar una conferencia sobre los nokia y los motorola. 
He dejado para el final la estrella indiscutible de los conocimientos de nuestra sociedad: la salud. España es el país del mundo con mayores conocimientos de medicina del mundo... ¡que va, de la vía láctea!. Todo el mundo sabe de catarros, gripes y antibióticos; de dolores de espalda y de cervicales; en toda buena familia que se precie hay una abuela cuyos remedios han salvado centenares de vidas en varias décadas. Y ahora con el google, esa gran enciclopedia, ya nos vamos al Centro de Salud sabiendo 7 síntomas, dos síndromes y 3 tipos de tratamiento. ¡espectacular! Y como hay tanto experto suelto por ahí ya nos van diciendo a los profesionales de la sanidad, unos advenedizos comparados con alguno de ellos, cómo tenemos que hacer nuestro trabajo.
Sin embargo aquí no hay expertos en panaderías. Yo todavía no conozco a nadie que se haya metido en un obrador de pan a decirle al panadero como hacer el pan. Tampoco conozco expertos en banca. A nadie he visto que se meta detrás de un mostrador y se ponga a toquetearle los dineros al director del banco. ¡Menuda se armaría! Y sin embargo hay muchísima gente que se cree tan experta en el campo sanitario, que no tiene reparos en meter las narices hasta el fondo de los controles de Enfermería, por ejemplo, y decirle a la enfermera de turno lo mal que está hecha la cura, o el vendaje o cualquier otra cosa.