7 de abril de 2010

Corrupción y desinformación


   Ninguno teníamos pruebas feacientes de que era así, aunque era vox populi, una intuición rotunda en la cabeza de muchos. Pero, al final, no nos equivocamos, ha sido como todos pensábamos que era. Este caso sobre la trama de corrupción está mostrando las entretelas de la política. 
   Es un ejercicio de anatomía, como mirar las laminas del Sobotta. El cuerpo se nos muestra abierto mostrándonos como se ensamblan los tejidos y los órganos. Ya vamos sabiendo cómo los corruptos utilizan la política y los partidos políticos para enriquecerse y medrar. 
   La 'Política' ha recibido una nueva estocada desde sus propias filas. Precisamente a aquellos a los que se les encomienda su desarrollo son los primeros en dinamitarla y hacerla odiosa frente a la opinión pública. 
   Pero hay que recordar que todavía estamos en fase de instrucción. El juicio todavía no ha comenzado. Los abogados encargados del asunto, tanto de la Fiscalía, de las Acusaciones como de las Defensas, comienzan ahora a urdir sus estrategias para salvaguardar los intereses propios en contra de los intereses ajenos. Esta batalla no ha hecho más que empezar. Y ojo, las sorpresas no ha terminado. Aquí queda mucha tela que cortar. Tal y como funciona la justicia española no habría que descartar nada en absoluto.
   Las implicaciones éticas sí están muy claras. Pero eso es harina de otro costal. 

 Los tertulianos, opinólogos y editorialistas favorables al partido del gobierno llevaban meses con las orejas gachas, agazapados en sus tertulias y columnas. El bombardeo al que estaban siendo sometidos por la artillería de la oposición los mantenían a cubierto en sus trincheras y cuevas, como los 'japos' en Iwo Jima. El cañoneo constante de la crisis económica, la subida impuestos, del IVA, del aumento de la edad de jubilación, el dispendio en subvenciones estúpidas, la ley Aido del aborto, la ley Sinde contra las descargas, el caso Faisán, las constantes filtraciones de asuntos que están bajo secreto de sumario, las lagunas tremendas de la ley del menor, y un larguísimo etcétera, ha hecho que las posiciones del partido del gobierno y sus defensores en el mundo periodístico y editorial se vea mermada. Pero, como nada es eterno, tarde o temprano, les ha llegado la hora del contraataque. Están comenzando a salir de las trincheras y el tono se sus voces y el fulgor de la mirada de estos combatientes lo dice todo: aquí hay batalla. Ahora es su momento de devolver cañonazo por cañonazo, ojo por ojo. Sus rostros son otros en estas últimas 24 horas. La pieza que tienen sobre la mesa es para trincharla a lo bestia... y lo van a hacer.

   Una vez más, tenemos dos bandos. Uno de ellos entiende que la corrupción es individualizada. Que son una serie de personas individuales corruptas los que se han enriquecido a costa de la política, y que nada nuevo arroja el sumario abierto de lo que ya se sabía. El otro grupo entiende que esto va más allá de las personas individuales. Es el propio partido popular, con Rajoy, el lider, a la cabeza, el principal culpable. Los ciudadanos estamos en medio, asistiendo a este espectáculo vocinglero, sin saber a donde mirar, entre tanto titular tremendista. Parece que la realidad se ha torcido en dos mundos, que nada tienen que ver el uno con el otro. Esto es de un surrealismo sobrecogedor, y lo peor llega cuando te empujan y obligan a escoger entre los dos mundos. He hecho unas cuantas capturas de las webs de importantes medios de comunicación españoles para que se vea cómo funciona esto.








   ¿Hasta que punto de miseria estamos llegando en el mundo periodístico de este país? ¿Dónde está la Prensa libre e independiente? ¿Cuál es la razón de que hayan optado por entrar a formar parte de sendos bandos antagonistas? Esta lucha sin tregua ni cuartel debe de vender mucho ¿el dinero está antes que el servicio público de informar? 
   Lo que tenía que ser parte de la solución se ha convertido en  parte del problema. Lo que están haciendo en realidad es llevar el extremismo a las calles, hacer que la gente se meta en una trinchera a pegar tiros, les compre el periódico, escuche o vea sus programas y vote por el partido que defiende en sus páginas y ondas. Esto es un entente ente la política y la prensa. 
   Es una tremenda irresponsabilidad cuyas consecuencias son desconocidas. La pregunta por la verdad y la mentira, la pregunta por lo justo y lo injusto, por lo deseable y lo indeseable han desparecido Ahora  la pregunta es ¿de qué bando estás, del nuestro o del suyo?