19 de abril de 2010

La noche es mágica (III)

La Grecia Clásica
Además de entender su origen, la otra preocupación de los primeros presocráticos fue la de comprender la estructura del mundo, del Universo que los envolvía, en el que existían. También en estas cuestiones intentan dar explicaciones racionales sin recurrir a la ayuda de seres divinos antropomórficos. El Universo se comporta de acuerdo a unas leyes básicas de tipo natural, inalterables y que pueden ser interpretadas con el ejercicio de la razón humana.
- Para Tales, la Tierra tiene forma de disco plano contenido bajo la bóveda esférica del cielo, y este conjunto flota en un océano infinito. La esfera celeste se cierra por encima del conjunto y rota alrededor de él todos los días arrastrando a las estrellas. Las estrellas y el Sol son fuegos celestes que se mueven en caminos circulares alrededor de la Tierra.
- Para Anaximandro, la Tierra es un cilindro (más ancho que alto) que flota en el centro del universo. El ápeiron está presente en el cielo como una especie de neblina en la que se abren agujeros por los que se observan el brillo del fuego. Las estrellas, la Luna y el Sol son esos agujeros que se presentan en anillos sucesivos de fuego alrededor de la Tierra, primero las estrellas, luego el Sol y finalmente la Luna.
- Para Anaxímenes, el universo es una bóveda sólida con las estrellas clavadas en su interior.
También en su interior, el Sol, la Luna y los astros errantes flotan en el aire sostenidos por él y la Tierra es un disco fino y piano, también sostenido por el aire. Es el primero en distinguir los planetas de las estrellas.
- Para Pitágoras, la Tierra permanece quieta en el centro del Cosmos, todo gira a su alrededor: el Sol, la Luna y los cinco planetas conocidos (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno) en esferas giratorias concéntricas. La Tierra y los demás astros son esféricos. Los radios de las esferas giratorias están relacionados entre sí, tal como lo están las cuerdas de un instrumento musical.
- Para Filolao (un pitagórico muy posterior al maestro Pitágoras), el centro del Universo es el Fuego Central y todo gira a su alrededor: la Tierra, la Luna, el Sol y los planetas. Más allá la esfera de las estrellas fijas, que no se mueve. Pero Filolao introduce un nuevo astro, la Anti-Tierra, entre el Fuego y la Tierra; pero curiosamente desde ésta no se puede observar ni la Anti-Tierra ni el Fuego.

Para Platón, que deja escrita su cosmología en el diálogo Timeo, la Tierra es esférica y rodeada por la envoltura esférica de los cielos. Definió varios círculos en la esfera celeste, que indicaban los caminos del Sol, la Luna y otros planetas. Comprendió que el Sol se mueve a los largo de la esfera celeste una vez al año, que la Luna realiza un circuito mensual, que los cinco planetas hacen lo mismo, cada uno a su propio paso y con ocasionales retrocesos. Incluso sabía que el movimiento conjunto de los cuerpos planetarios es espiral y que las irregularidades del movimiento planetario pueden ser explicados mediante la composición de movimientos circulares uniformes, el más perfecto y racional.

Pero la cosmología más importante de toda la Antigüedad, y que marcaría la ciencia de muchos siglos después, fue la que parió la mente de Aristóteles, seguramente el sabio más importante de la historia occidental. El Universo es eterno y tiene forma de gran esfera, dividida en una región superior y otra inferior por el caparazón esférico en el que está situado la Luna. Por encima de la Luna está la región celestial; por debajo la región terrestre. La Luna que es espacialmente intermedia es de naturaleza intermedia. En el centro de ese Universo se encuentra inmóvil la Tierra, en torno a ella se mueve este inmenso engranaje. Aristóteles adopta el sistema de Eudoxo de Cnido utilizando 56 esferas (para Aristóteles las esferas son reales hechas de éter y no construcciones teóricas y abstractas) para explicar el movimiento celeste.
La región sublunar, caracterizada por el nacimiento, la muerte y los cambios de toda clase, está compuesta por cuatro elementos originales, los ya conocidos, tierra, agua, aire y fuego, y que además son reducibles a algo todavía más fundamental, pero entiende que las cualidades sensibles son los últimos bloques de la construcción. Hay tres pares de cualidades que son cruciales: caliente-frío y húmedo-seco. Las distintas sustancias que componen el cosmos lo llenan totalmente y no deja espacio vacío en absoluto. Aristóteles concibe las cosas como continuos, el universo está lleno, es un plenum que no contiene espacio vacío. Otra pareja de cualidades importante es pesado- ligero. Veremos porqué: aire y fuego son ligeros, tierra y agua pesados; en los pesados su naturaleza está en descender hacia el centro y los ligeros en ascender hacia la periferia, los elementos formarían un conjunto de esferas concéntricas (esto es un modelo ideal porque en realidad el mundo está compuesto en gran parte por cuerpos mixtos). La región celeste o Supralunar es una región de ciclos eternamente inmutables, que tiene un movimiento circular continuo e invariable, y está hecho de un quinto elemento incorruptible llamada quintaesencia o éter.
Aristóteles asigna a los cielos el movimiento más perfecto, el movimiento circular uniforme continuo. Daba por sentado que las estrellas fijas se mueven con perfecta uniformidad, pero las siete planetas o estrellas errantes se mueven por la eclíptica con diferentes velocidades. El movimiento eterno de las esferas celestes es un movimiento natural, no forzado y su causa debe ser un motor inmóvil. El motor inmóvil es el Primer Motor, una deidad viviente que representa el mayor bien, pero que está separada de las esferas que mueve. ¿Cómo entonces puede mover los cielos el primer motor inmóvil? Aristóteles resuelve este problema apelando a la causa final, el motor inmóvil no es causa eficiente sino final.