19 de junio de 2010

¡Adiós Maestro, adiós amigo!



     Saramago ha muerto... me acabo de enterar ahora mismo, dando vueltas por esto del internet...

     Hay veces, y esta es una de ellas, que aunque no se conozca directamente a una persona, uno no puede dejar de sentirse cercano a la misma. A través de su obra, de sus personajes, de su forma de conducirse por la vida, de su testimonio vital, uno encuentra una figura a la que seguir y respetar. A veces incluso, entras tan adentro en lo que dice que parece cercana, que parece que comparte cosas del día a día, que parece que la conoces. Por eso Saramago me parece un amigo, aunque no le conozca. Al conocer sus libros, su verbo, su alma a través de su pensamiento me siento parte de su vida y sobre todo, él es parte de la mía.
     Especialmente uno de sus libros, toda una obra de arte, 'Ensayo sobre la lucidez', en donde no hay una sola página en la que no hubiera yo garabateado un pensamiento o un comentario. ¡Cuántas cosas redescubrí! ¡Con cuántas cosas me reencontré! ¡Maestro, descansa en paz!