7 de julio de 2010

¡FINAL! ¡FINAL! ¡FINAL!

      Era el partido del fútbol contra la genética. El partido del toque contra los arreones y la fuerza física. Y ha sido prácticamente sublime. ¡Qué maravilla! Y les hemos ganado, paradojicamente, con sus mismas armas: balón parado, corner y salto colosal y gigantesco. El juego del tiki-taka de las narices una vez más ha podido contra todo y contra todos. Pero no sólo eso porque en defensa y la portería se ha hecho un partido impecable. Si uno no fuera español y no estuviera nervioso y viera el partido sin apasionamiento vería que sólo en los corners y el algún contraataque suelto Alemania ha apurado algo a España. El resto del partido ha sido manejado con poderío y clase. El nivel es tan alto en todas las líneas que cuesta destacar a uno, es que hay que destacarlos a todos.

La foto es de marca.com

     ¡ESTAMOS EN LA FINAL DEL MUNDIAL!

     Nunca creí que me tocaría vivir este momento... me llega a los 38. Me acuerdo de mi padre, tantos años viendo a la Furia Española y nada de nada, y de mi abuelo que estará viéndolo desde el cielo... seguro. Esta generación de futbolistas está desmadejando para siempre todo nuestras fobias balompédicas. Mi hijo mayor tiene 10 años; yo con esa dad veía como España naufragaba contra Alemania en nuestro propio Mundial. Mi hijo ha visto hoy como entramos en la Historia por la Puerta Grande.

     ¡VIVA ESPAÑA!