5 de mayo de 2011

Yo no me creo nada

   El CIS ha publicado este jueves una encuesta sobre el posible resultado de las Elecciones de Mayo. Los datos son muy malos para el partido que gobierna actualmente y muy buenos para el partido que actualmente está en la oposición. Sinceramente, yo no me creo nada... 
   El problema no es la encuesta en sí misma que será técnicamente perfecta. La cuestión problemática está siempre en 'QUIÉN' hace la pregunta, y 'DÓNDE' hace la pregunta, buscando siempre un 'PORQUÉ'. No es un sorteo puro, no es el azar de elegir fortuitamente a 3.000 personas de un listín de teléfonos. El quién sabe ir a dónde preguntar para que salga una cosa u otra. Por eso hoy en día la demoscopia tiene mucha precisión técnica pero muy poca credibilidad, porque quién paga la encuesta orienta hacia el dónde. Los datos del censo electoral no son secretos, son de dominio público. Los datos del voto tampoco son secretos, son de dominio público y está en el Ministerio de Interior.
Eliges el tipo de elecciones, el año, la región, la provincia y la localidad. Por ejemplo este:
Pero estas estadísticas se pueden afinar mucho más. En cada mesa electoral, de cada barrio, calle y escuela española, queda registrado el numero exacto de votantes de cada partido. Y esa información la manejan los partidos políticos y las empresas de demoscopia que hacen las encuestas. Ellos saben perfectamente qué mesas electorales son de un partido o de otro, saben qué barrios, qué calles son mayoritariamente de un color o de otro. No saben los nombres propios, pero la probabilidad sí que puede ser medida matemáticamente, por eso verán siempre esos números raros de +/- 3, que es el rango de error-acierto arriba o abajo. Imaginemos que el partido de lo Tigres de Bengala quiere hacer una encuesta que levante a su electorado de sus sillones. Ordena a su empresa de encuestas particular que les cocine una encuesta en la que pierdan por goleada. Así que la mayoría de las preguntas las hacen en zonas que se saben seguras (¡tienen los datos!) que son mayoritariamente del partido del León del Serengeti. La probabilidad de que salga león, en vez de tigre, es altísima porque ya sabemos que en esos barrios de España, históricamente se ha votado león y no tigre. ¡Voilá! Resulta que las encuestas dicen que los Leones arrasarán... ¡qué miedo! entonces los tigres se cabrean y se dicen: ¡de eso nada... todos a votar tigre en Mayo! Moraleja: las encuestas son una herramienta de manipulación ideológica más que usan los partidos políticas en su particular guerra sucia contra sus adversarios

Liberty Valance

   Esta semana hemos pasado por dos grandes temas relacionados con los 'límites' de la Democracia. Uno fuera de nuestras fronteras: el asunto de Laden y cómo ejercita su política exterior el Gobierno de los USA. Otro dentro de nuestro país: la función del Tribunal Constitucional en el caso de quitar legitimación a determinadas listas electorales. Este segundo asunto lo dejo para el finde...   


   John Ford y su blanco y negro crepuscular. Wayne, Stewart y Marvin dando lo mejor de sí mismos. Es 'El hombre que mató a Liberty Valance', western clásico donde los haya, que auna como pocas cintas, el arte, el entretenimiento y la sabiduría.


   No es la primera vez que hablo del concepto 'ANOMIA'.
   
Según nos dice Ferrater Mora en su Diccionario es la 'ausencia de ley', no lo contrario a la ley que sería lo ilegal. Lo ilegal es que YA hay establecida una determinada ley que se incumple, para la anomia, NO hay ley alguna, por lo tanto ni hay cumplimiento ni hay incumplimiento. Para que podamos hablar sobre el 'nomos', o sea, la regulación o la legalidad, hay que establecer un 'topos' y un 'chronos', o sea, un lugar y un tiempo concreto. No podemos hablar de nomos si no tenemos topos ni chronos, instaurar una ley en un espacio etéreo y abstracto es cosa de dioses, y hasta la fecha nadie ha demostrado que existan, ni nadie ha demostrado que él mismo sea uno de ellos y pueda legislar en su nombre. A partir de 'este espacio-tiempo' determinado se establece el nomos, la ley, para todos los que vivimos en este topos, lugar, país, nación en un momento determinado de la historia.
   Por tanto, ley y lugar de aplicación va unidas de la mano. Son los grupos de personas de un determinado lugar y tiempo el que se dotan a ellos mismo de un nomos, de una ley. La nuestra es la Constitución de 1978, para los que viven y mueren en España. Fuera de este espacio y tiempo este nomos no sirve para nada.
   La película ésta de la que hablo, Liberty Valance, cuenta como en USA, en el S. XIX, se pasó de la anomia del Far West al nomos de la política representativa. El personaje de Wayne y el Lee Marvin, los pistoleros, representan la falta de legislación autónoma, es la ley del más fuerte, del más rápido. Stoddard, el personaje de James Stewart, el periodista-abogado-político-famoso, representa los nuevos aíres de legalidad-legitimidad. Pero sus buenas palabras, su discurso racional, su ideas altruistas y maravillosas no logran acabar con Valance. Es el revolver de Doniphan (Wayne) el que acaba con la anomía. La anomia tiene que autoliquidarse para que sea posible la democracia y el nomos de la legalidad. Recomiendo francamente esta película.

   Intentando hacer una interpretación del porqué Obama hizo lo que hizo, y mandó a los Navy Seal a por su 'bistec' es ésta: Bin Laden es la anomia en estado puro, el  Salvaje Oeste del S. XXI. Obama se convirtió en anomia para acabar con la anomia, porque con la anomia no se razona, se acaba con ella, y no por venganza, para establecer un nomos, una legalidad y, luego, la condición de posibilidad de poder juzgar las cosas. No seré yo quien justifique a Obama, que ya tiene quien lo haga. A mi me ha interesado siempre comprender porqué la gente hizo lo que hizo. Aquí está mi humilde aportación. Estamos ante una de las reflexiones que nos persiguen desde tiempos inmemoriales, el de vivir en un mundo duro y difícil y la posibilidad de cambiarlo siempre por las buenas, por el diálogo, y por la democracia. ¿Hasta dónde llegan las buenas palabras y los razonamientos?