5 de noviembre de 2011

CONTROL DE DAÑOS

Ayer comenzó la Campaña Electoral, ya queda menos para el 20N. Si el tiempo normal y ordinario en la política actual es feo de narices, y no paramos de escuchar toda suerte de estupideces, el tiempo especial de las campañas electorales es absolutamente kafkiano, donde raro es el día en el que no nos damos de bruces con una barbaridad más grande que la anterior. El Sr. Durán que era, aparentemente, uno de los políticos más serenos y mejor valorados lleva un mes diciendo toda clase de gilipolleces, sin cortarse un pelo.

Este año todo apunta a que el partido que hasta ahora ocupa la Oposición ganará los comicios por goleada; y el partido que ahora gobierna perderá una buena parte de lo conseguido durante años. Las encuestas de los medios de comunicación apuntan a este escenario, incluso las encuestas del CIS, que son cocinadas según la voluntad del patrón, también le dan el triunfo a los opositores. Pero no sólo eso, el runrún de la calle viene calentito, hay mucho cabreado e indignado de verdad. Ya no hablo más de la crisis y de la inoperancia del Gobierno porque ya es un tema muy manido, que cada cuál piense lo que quiera. Los datos directos, sin trampa ni cartón se pueden mirar aquí:

http://estaticos.elmundo.es/documentos/2011/11/4/preelectoralcis.pdf



Esta diferencia tan tremenda hace que se exacerbe o se sobredimensione más todavía una de las miserias de la política actual: el apelar a la irracionalidad, al miedo, a las fobias, a las entrañas, a lo peor de la emotividad humana y que desde allí, desde ese oscuro lugar, se tome la decisión del voto. La política hoy en día tiene muy poco de pedagógica y mucho de manipulación y los medios de comunicación la enfatizan. Pero sobre esto no haré más comentarios. Los partidos políticos son unos irresponsables por estirar tanto y tanto las cosas buscando siempre la confrontación en la calle, pero cada cual es libre de votar desde donde quiera, desde las razones o desde las emociones, desde el sentido común o desde las tripas, desde la utopía del futuro mejor o desde el odio por el pasado no asumido; o no ir a votar, que también tiene hoy día argumentos a favor que sopesar.

A lo que me refiero con el título del post, Control de Daños (Damage Control), es a lo que estará ocurriendo en Ferraz en estas horas previas al macro mitin de Sevilla con la flor y nata del partido, en un intento voluntarioso de mitigar la hemorragia. Este concepto es un término que se utiliza en la Marina para controlar las situaciones de emergencia que ponen al barco en peligro de hundimiento. También se utiliza en política para tratar de minimizar los daños ante una situación comprometida y catastrófica. Hay que salvar los muebles, por lo menos la mecedora de madera que es un regalo de la abuela y tiene un gran valor sentimental. Los estrategas saben que la situación está muy fea y que incluso, en algunas encuestas, es apocalíptica en su contra. La cuestión está, ya no en ganar, sino que tras la derrota no termine el partido al borde del colapso o fragmentado en Reinos de Taifas. Por eso, el modelo de campaña electoral escogido por estos ajedrecistas es el de no perder ni uno sólo de los fieles, ni uno solo. Si el voto indeciso está más perdido que nunca que por lo menos los que son fieles llueva, nieve o ventee, sí que vayan a apoyarles el domingo. Por eso deciden el ‘back to back’ y sacar a la vieja guardia y despertar a los viejos fantasmas. Yo creo que lo conseguirán y que al final la diferencia no va a ser tan gorda