31 de octubre de 2012

Reflexiones patibularias 36

XXXVI


Caída la Gran Verdad, el Relato Absoluto y Todopoderoso, todo lo establecido a partir de ahora es provisional y contingente. Nos queda elegir entre el escepticismo, el buen humor, el sarcasmo, la ironía y el cinismo, la rebeldía y la indignación, también el mito y el símbolo, el debolismo y el relativismo, para hacernos cargo del mundo-realidad en el que existimos. De entre los restos del estropicio, habrá que ir entresacando aquello que sirva para cada proyecto personal. Cada cual, en libertad, puede y debe ir reconstruyendo su propio escenario con los elementos que su prudencia (phronesis) le aconseje. El eclecticismo (por utilizar una etiqueta que sin ser exacta puede ser entendida fácilmente) no presupone la pérdida del espíritu crítico y reflexivo y que todo valga porque sí. No es un problema, no es vacío, ni simpleza, no es un camino fácil, no es confuso ni preocupante. Estas etiquetas prejuiciosas disfrazadas de argumentos son lanzadas por los nostálgicos del poder que ven impotentes cómo éste se les escapa de las manos como la arena. No deja de ser sospechoso que mientras dan una faz de pesadumbre por el derrumbe moral en el que vivimos, siguen queriendo imponer el modelo fallido. Si no se está con ellos y su fundamento fuerte, acuden al etiquetado ramplón de relativista e irracional. Suya es la exigencia de racionalidad, suya es la verdad, suya es la capacidad de determinar quién hace auténtica filosofía, suyo es el poder de decidir lo moral y lo inmoral. Por esto, más preocupante, me parece que son los que ven como problema y preocupación la reconstrucción de nuevas racionalidades, el pluralismo, la heterodoxia, la multiplicidad de seres y estares, la hibridación, el mestizaje, el hermanamiento, la integración, la coimplicación. 

28 de octubre de 2012

Reflexiones patibularias 35

XXXV

No hay nada más importante que la felicidad de un niño. Y pocas cosas hay en la vida más gratificantes  que ver a un niño disfrutando, sonriendo, pasándoselo bien junto a otros, corriendo de aquí allá. A los adultos, especialmente a alguno de ellos, bien que podría partirnos un rayo cien veces cada vez que impedimos la felicidad de uno de ellos.


16 de octubre de 2012

Reflexiones patibularias 34

XXXIV

He tenido una epifanía. La verdad me ha sido revelada. No se qué carajo voy a hacer con ella, pero la tengo. He de comunicársela al mundo mundial, no puedo quedarme con este pellizco cogío en el pecho. Doc se pegó un carajazo en el baño y se le apareció el 'Condensador de Fluzo'. Así Marty McFly pudo regresar al futuro y pasárselo chupiguay en el Far West con Buford Perro Rabioso Tannen. Gracias Zemeckis, gracias Spielberg.
Yo estaba secándome después de la ducha. Tenía puesta la tele en la habitación de al lado, con el telediario puesto. Y sale la noticia de la red de mafiosos chinos que han trincado en los madriles. Y... han trincado a Nacho Vidal...¡Tremendo! La gran polla hispana por excelencia; con cada uno de sus empellones, demostraba lo mejor y más granado de nuestra historia y cultura. El informe educativo de la UNESCO acaba de corroborarlo. 
Me he quedado como anonadado. Tanto... que me estaba metiendo por el oído derecho un bastoncillo cotonete (¡fíjate! habrá algo freudiano ahí) de Johnson's & Johnson's y me ha llegado al sentío. Y en ese momento en el que los sentidos quedan nublados por el dolor puzante, en el que la mente pensante queda paralizada por la laceración en el fondo del conducto auditivo externo, me ha venido la epifanía. Ha caído sobre mi ser la luz rotunda de la verdad evidente.
La crisis mundial, el que todo el mundo esté tieso como las mojamas, que no haya dinero, que se haya perdido, y esfumado. Es... (¿¿lo digo, lo digo??) por los anunnaki... ¡Lo sé, lo sé!...Sí, que no estoy loco ni me he fumado nada. La profecía maya dice que nos vamos al garete ya mismo. Y los ricachones del mundo han contactado con estos cabezones verdes para que les manden un taxi espacial y les busquen un planetita vacío por ahí lejos para repoblarlo. Y claro, el ladrillo en esa parte de la galaxia cuesta un pico, y la nave espacial que mandan es clase Bussiness, ¡coño! y eso hay que pagarlo. 
PD: ¿Para qué creéis que el tal Baumgartner ha subido tan alto, porqué el Red Bull te da alas? Anda ya... lo han mandado los ricachones oligarcas para quedar, definitivamente, con los marcianitos, para saber cuándo vienen a por ellos. 


¡Qué no diga nadie que no avisé!

14 de octubre de 2012

Emociones

Cuesta abajo y sin frenos, la velocidad aumenta exponencialmente hasta pegarnos el castañazo. Entramos en una dinámica negativa difícil de frenar (aunque no imposible). Así son algunas emociones que nos atenazan y secuestran.

El enfado.
Es necesario que concurra, previamente, un estado de irritabilidad. Un 'mar de fondo', por decirlo de alguna manera entendible. Y, además, una situación 'gatillo' (trigger) que suscite el secuestro emocional. El cabreo posterior tendrá una intensidad especial, en forma de escalera autoextensible. El enfado se construye sobre el enfado: un primer pensamiento es detonante de otro más intenso, y este segundo, a su vez de otro, el tercero, de mayor intensidad, sin que el primero de ellos se haya disipado todavía. La irritación siempre va in crescendo, pudiendo desencadenar en violencia. Aparece la incapacidad cognitiva, la persona se cierra al razonamiento y los pensamientos escasos que quedan gravitan en torno a las represalias, alimentando el fuego del enfado sin considerar las consecuencias de sus actos. No es desde fuera, no son los otros, es la propia mente la que echa 'más leña' al fuego del enfado.

La preocupación.
Preocuparse es ponerse en alerta ante un problema potencial. Es la consideración de múltiples alternativas de respuestas posibles que solucionen el problema. 'Comerse el coco' es algo natural y positivo, esencial para la vida. Pero si la preocupación no es efectiva, no encuentra ni soluciones ni salidas, se torna crónica y reiterativa, como un disco rayado que salta y salta en la misma vuelta volviendo hacia atrás para comenzar de nuevo una y otra vez. La preocupación termina siendo un secuestro emocional. Aparece la incapacidad cognitiva, cerrada al razonamiento sólo se tienen pensamientos cíclicos y cada vez más rígidos, pudiendo desencadenar compulsiones o ataques de pánico.

La tristeza.
Aunque pueda parecer otra cosa, la pena tiene una importante vertiente positiva: poner una pausa momentánea y renovadora a nuestra mente. El enlentecimiento de la tristeza es un refugio o retiro apaciguador para asimilar las pérdidas y establecer nuevos planes o ajustes psicológicos toda vez que se reanude la velocidad de crucero vital. Pero si va más allá de la pausa momentánea hasta producir la paralización de la vida, el aislamiento, la apatía, la confusión, el insomnio, etc. nos encontramos con la depresión. Los pensamientos de la tristeza son automáticos, se 'cuelan' en la mente sin avisar y de modo inesperado. De modo que se puede ser consciente de uno de ellos y cazarlo, desmontarlo, cuando ya se han 'colado' otros dos 'sin darte cuenta'. La incapacidad cognitiva aparece porque los pensamientos automáticos se asocian o encadenan masivamente como si estuvieramos disparando un rifle de repetición, van dándose pié, empujándose o agolpándose unos sobre otros. Es uno de los mayores secuestros emocionales que existen, tanto que puede la cosa terminar en suicidio.

Pd: No quiero meterme en el campo de la psicología; por eso no hablo de soluciones ni tratamientos. De eso han de ocuparse los profesionales que saben lo suyo de lo suyo. Ocurre que estoy leyendo un magnífico libro sobre este tema y eso me ha recordado una situación que viví hace muchos años y que no quiero perder nunca de vista. Es bueno recordar, preocuparse, para llegar a soluciones y que las emociones no terminen por secuestrar tu vida. El libro que recomiendo es 'Inteligencia emocional' Daniel Goleman Paidós 1996

8 de octubre de 2012

Reflexiones patibularias 33

XXXIII

Durante años he oído como compañeros, amigos y familiares culés decían, no sin cierta indignación que no se mezclara fútbol y política, que si se habla de fútbol se habla de  fútbol y si se habla de política se habla de política. Después de lo ocurrido ayer no sé qué es lo que pensarán; si están decepcionados o no, más aun cuando ha sido la propia institución la que oficialmente ha propiciado esta situación. Este tipo de cosas son un serio golpe a la pretensión universalista de la organización barcelonista y a la capacidad pacificadora del deporte en general. Ya entiendo lo que ellos decían, no es bueno mezclar las cosas, por el daño tremendo que se hace. 
Y dicho esto, que ya está olvidado hasta la próxima, el partido terminó siendo un Messi vs Cristiano. Como siempre, los árbitros regular tirando a mal y poco más; 2-2 y para casa todo el mundo, hoy es lunes y hay que seguir penando por la crisis.

6 de octubre de 2012

¿Qué hacemos con el amor?

El amor no es mentira, pero tampoco es Verdad. Los que sí mienten son los poetas; mienten bonito pero mienten al fin y al cabo. El que creo que no miente es Clint Eastwood y el maravilloso 'documental' (nunca la entendí como película romántica, que quieren que les diga) rodado hace ya algunos años: 'Los puentes de Madison'.

¿Qué es lo que hace que el amor muera en una relación? No me cabe la menor duda, en la mayoría de los casos, la rutina del día a día es una auténtica trituradora que puede con casi todo. La realidad es demoledora. Es una jodida máquina de guerra, perfectamente engrasada capaz de acabar con los más bonitos sentimientos 
¿Cuáles son los puntos de quiebra de ese día a día? Propongo una breve lista:
- El trabajo, sus horarios y los turnos.
- Las labores rutinarias del hogar y el reparto (o no) de tareas.
- Reparto (o no) de roles y responsabilidades.
- Educación, escolarización y disciplinamiento de los niños.
- Cansancio, agotamiento, dolencias osteoarticulares y otros males.
- Malos hábitos de sueño.
- Excesos televisivos, informáticos, deportivos, bricomaníacos, etc...
- Familias propias y ajenas.
- Familiares enfermos o incapacitados.
- Fantasmas del pasado y situaciones no resueltas en su momento.
- Aburrimiento, inapetencia sexual, y cuestiones afines.
- Olvidos, despistes y malos entendidos.
- Cuestiones económicas y financieras.

Estas cosas, nimias muchas de ellas, generan, sin duda, un amplísimo ramo de discusiones, disputas y conflictos. Es una erosión constante, imperceptible pero contundente. Al día le faltan horas, no para estar juntos, sino para hacer todo lo que hay que hacer; y le faltan momentos, no para comunicarse, sino para discutir y echarse cosas en cara. ¡Qué bonito sería decir que el discutir no influye tanto en una relación como el amor! Pero ya son muchos los que saben que la perfección no existe. Queda lo que queda, frustración y mucha energía negativa. Y tanta, que parece que todo es malo y ya ni recuerdan aquello por lo que se enamoraron. Mucho orgullo y poco perdón y comprensión son una fórmula química devastadora; que empeora con la decisión equivocada de buscar culpables antes que soluciones. Y mantener esas altas dosis de energía negativa durante mucho tiempo no es bueno, como muchos también saben. 
Es muy difícil cambiar esa dinámica negativa, para que funcione el arreglo tienen que ser los dos, a la vez y en conjunción de esfuerzos, los que arrimen el hombro; lo que en sí mismo puede ser utópico. Después de todo esto, del día a día truculento, del sufrimiento, el cansancio y la frustración, ¿a quién le quedan ganas de conversar, de reír, de repartir caricias, de erotismo y sexualidad, de compartir un café, una copa o una película en el cine, o simplemente, deleitarse con la presencia del otro? 

Como verán no soy un romántico. ¡Cielos, ni pretendo serlo! Por desgracia se han sobrepotenciado los elementos amorosos de las relaciones y se han infradimensionado los aspectos contractuales. Una relación no deja de ser un 'convenio contractual', que tiene una serie de implicaciones; pocos se hacen cargo de esto en toda su dimensión. La cuestión no está en quitarle todo el romanticismo a la cosa, sólo cambiar un poquito del mismo por estrategias, diálogos, cesiones bilaterales y acuerdos. Cabeza fría y corazón caliente, no digo más.
La mayoría de la gente afirmaría si le preguntaran que lo más importante en una relación es el amor. Responden según sus deseos sin mirar la realidad real que les rodean. Es la disputa. El día a día en el mundo en que vivimos, en la vida que nos hemos obligado a vivir, potencia y saca a relucir aspectos que poco o nada tienen que ver con el amor. El desgaste de ese día a día es el que empuja a cabrearte con el que tienes más cerca. La novelas romanticonas y las películas de 'happy ending' nunca cuentan esta parte. 
Siempre he pensado y creído que la película 'Los Puentes de Madison' muestra el auténtico amor verdadero: fugaz, pasajero, intenso, indeleble e inolvidable. Amor sin día a día, sin esa cotidianidad tan corrosiva. Viviendo el momento presente en lo precario del secreto. No hay facturas que pagar, ni dolores de cabeza, ni horarios que cumplir,  ni dormitorios que pintar, tampoco niños que llevar al judo. No hay orgullo, ni amor propio, sin cuentas que ajustarse, ni cosas que echarse en cara. Sexo y pasión, comprensión y conversación, descubrimiento de uno mismo y de un otro furtivo, que llegó para no quedarse. Con tal intensidad y fuerza que la vida cambia para siempre. Eso cuenta la película. Al final también se marchita... no lo hace el recuerdo, ni la persona nueva y renovada que sale de todo esto. En definitiva, todo amor se marcha, el del día a día y el que es fugaz e inolvidable. ¿Qué nos queda ante este panorama desolador? A la inmensísima marea que vive en el día a día, entiendo que queda la inteligencia emocional, buscando equilibrios, buscar acuerdos básicos, unos mínimos que posibiliten la convivencia, esfuerzo para comprender, aceptando lo que llega y cambiando lo que se pueda sin violencias. A veces hay que romper, no se hable más; pero otras veces es preferible el mejor de los peores posibles al despeñadero. Y por supuesto, darse alguna que otra alegría, no por hacer daño al otro, sino por uno mismo, para compensar lo malo con cosas buenas, siempre con tacto, respeto y discreción. Hay que restañar heridas sin crear otras más profundas y dolorosas. Y sobre todo, dejar de discutir y de acumular energías negativas. 

4 de octubre de 2012

Reflexiones patibularias 32

XXXII

Hay que hacerse cargo de las consecuencias imperfectas de las propias decisiones y comprender las contradicciones intrínsecas a las mismas. Ergo, no hay moneda de dos caras.
Mucha gente protesta, se indigna, con mucha razón, sobre 'lo político' y su casta, la corrupción, la ineficacia, de espaldas a la ciudadanía, su mal funcionamiento ente otras cuestiones. Sale a la calle o lo expone gráficamente en las redes sociales. En eso no tengo intención de entrar. Sí entraré en otra consideración. De algún modo, entiendo, que este movimiento en el que esa parte de la ciudadanía se ha embarcado, es la petición de una mayoría de edad política auténtica y verdadera, de ahí esa formulación de democracia real, directa, no representativa, etc. Vale, muy bien, de acuerdo; hay que romper muchos siglos de tradición para tal cosa, pero independientemente de eso y sin entrar en  hondas cuestiones 'metodológicas', si se pide la mayoría de edad para una cosa hay que aceptar, velis novis, otras cuestiones de la adultez que van relacionadas necesariamente. Si quieres eliminar el Estado Representativo, con él se irán al traste otras cuestiones importantes que van ligadas a este. Negar esto,es una pataleta propia de gentes que se niegan a aceptar los mecanismos y estructuras que se dan en la Historia ¿Serán capaces de asumirlo? O lo mismo es que queremos eliminar lo que no gusta y quedarnos con lo que sí gusta, ¿esa es la adultez política que se quiere a gritos?
Si nos vamos de casa de papá y mamá nos vamos para siempre, asumiendo el riesgo, aceptando el órdago y pa´lante. Así se llega lejos. Si dejamos este modelo además hay que dejar atrás al Estado socialpaternalista y subvencionador, ese que cuida de nosotros, que lo pone todo por delante y limpia nuestras cositas sucias. Es la cruz de la cara, no existe uno sin otro. No es una parte buena y salvífica que tiene que desprenderse de la maléfica sombra. Esto no funciona así. El pack va completo. Si buscan la supresión de un modelo de Estado, han de asumir todas y cada una de las consecuencias, como los adultos que quieren ser. A menos que esto no sea más que un truculento jueguecito irresponsable de algún niño díscolo con ganas de incendiar la casa porque quiere que papá le haga más caso. Espero que no sea el caso.