1 de febrero de 2012

Miscelanea tubulenta de pensares (2ª parte)

- Se llamaba argumento del ‘tu quoque’ para los clásicos o 'consequentia mirabilis', como la llamaban los lógicos medievales. Para nosotros es la contradicción performativa. Si no queremos hablar de algo no abrimos la boca y punto, pero si empezamos a decir que no hablamos de ello entonces ya estamos hablando de ello aunque sea para decir que no hablamos de ello. Es una contradicción lógica, que fue descubierta hace un puñado de siglos. El Sr. Guardiola debería saber esto, se ve que es un señor inteligente y no lo tendrá a mal.
- Cuando el subconjunto formado por los que no saben perder dignamente, se solapa con el subconjunto de los que creen poseer la verdad por castigo, y se unen al subconjunto de los que creen tener el privilegio de ir entregando los carnets de demócratas según barrunte la brisa, se monta un guirigay de padre y muy señor nuestro, escasamente edificante para las generaciones futuras. 
- Cuando la Reina de blancas o el Rey de negras termine de ganar esta mano comenzarán los tiroteos en la trinchera. Vientos de guerra se proclaman a los cuatro vientos. 
- ¡Triste de ti!, cazador cazado, títere manipulado, manipulador de títeres. Es posible que seas inocente, no seré yo quien te acuse, pero no eres, desde luego, un pequeño desvalido al que persigue las sombras de la noche y que necesita la ayuda de los desfacedores de entuertos.