15 de agosto de 2012

Reflexiones patibularias 20

XX

Hay batallas que se pierden injustamente.  Y es que la guerra no entiende de justicias. La guerra convierte a los niños en adultos y saca las verdades de los recónditos y más oscuros pozos del alma. Pero más allá de todo eso, la guerra no entiende de tribunales ni de legislaciones, solo de maquinación, hechos consumados y de fuerza. Esas derrotas injustas quedan grabadas en las mentes y en los corazones de los derrotados y de toda su progenie futura. Con el tiempo, la batalla reaparecerá. Las heridas, en el futuro, volverán a abrirse y por la búsqueda de la justicia del pasado se romperá la justicia de ese presente. 
Nos pasamos todo el siglo XX viviendo en esto. Ahora, con la batalla de la crisis económica y la injusticia que se está cometiendo contra la ciudadanía vuelven a repetirse las cosas que conocemos. Cuando mis hijos sean mayores recordarán lo que vivieron en su infancia, el temor en los rostros de sus mayores por ejemplo. Y la guerra seguirá. Pero puede que algún día, llegue el día en el que pierdan los que siempre ganan y más de uno podrá respirar tranquilo, aunque sea en su tumba. Eso esperamos.