XLVII
Mi mano... la otra mano, mi otra mano... son más que dos manos...
Mi mano es un instrumento pero nunca puede ser, sola y exclusivamente, un mero instrumento.
Además de valerme como un útil, como un instrumento que hace cosas que luego entrego al mundo, también señala, toca,
expresa, aprieta, acaricia.
Mis manos prolongan mi humanidad al mundo que me circunda.
Mis manos...