26 de mayo de 2014

Reflexiones patibularias 74

Reflexiones patibularias 74

LXXIV


Escenario 2: España
No es la primera vez que lo pienso, tampoco es la primera vez que lo escribo. Durante décadas, realmente desde la Transición, los grandes partidos, a ambos lados del espectro político, no sólo se han negado el pan y la sal, se ha estado insultado e intercambiando palabras groseras sin recato ni mesura. 
La teoría-historia política cuenta que hubo un tiempo denominado 'El fin de las ideologías' en el que parecía que se habían difuminado los distintos pareceres ideológicos. Esta circunstancia, propia de la posguerra y la reconstrucción de Europa, pasó muy inadvertida en España que andaba enfrascada en el Franquismo, nunca mejor dicho. Al final, ese 'final' era una cuestión coyuntural, una especie de armisticio pacífico que evitaba aumentar el sufrimiento provocado por la radicalidad de la primera parte del siglo XX. 
Cuando en Europa salían de la misma y se volvían a recomponer los polos ideológicos en los partidos modernos que conocemos, aquí estábamos en la Transición. Y los partidos de aquí todavía no estaban en situación de modernizarse ni europeizarse. Aquí estábamos en el 39, todavía. Tenían que pasarse a cuchillo, ajustar cuentas y demás. Había mucho odio en el ambiente como para andar con esto del sentido común europeo y demás. González lo sabía, Carrillo lo sabía, Fraga lo sabía. Lo sabían todos los académicos e ilustrados del país. 
En la mayor parte de los países volvieron a enfrentarse socialistas y conservadores, con partidos liberales, comunistas y democristianos por medio que ejercían de bisagras. Aquí no. Aquí los dos grandes se dedicaron a hacer política el uno frente al otro tratando de hacer frente a las afrentas que se habían hecho en el pasado. Y quieren destrozarse, desmontarse; no ganarles una elecciones, quieren aniquilarse. Pero con una inquina, con una animadversión, con un odio tremendos, en definitiva, que hace años que no hay puentes de sentido común entre ellos. Y eso no es posible, ni una ni otra pueden desmontarse a golpes.
Ahora la marea contra el bipartidismo ha cuajado en internet y las redes sociales, les ha cogido con el pie cambiado, y se los va a llevar por delante. En otros países hay diferencias ideológicas, claro, pero no hay esa emotividad enconada ni esa retórica de insultos e improperios. Son décadas de acúmulo de insultos y mentiras de unos hacia otros y de otros hacia unos. Ahora cuando apelen a la mesura nadie les creerá, la tierra ya está quemada. 
En otros países se discute, y mucho; aquí se lleva todo al paroxismo hiperbólico. Para la derecha toda la izquierda es extrema izquierda porque, simplemente, no es derecha. Para la izquierda toda la derecha es extrema derecha porque, simplemente, no es izquierda. Y ahí están, llamándose radicales y ultras, fascistas y rojos, los unos a los otros, tanto si es verdad como si es mentira. No se tratan como iguales; se miran, el uno al otro con soberbia y superioridad moral. Perdieron el equilibrio y la mesura, la crítica ajustada y a tiempo. Todo era matar moscas a cañonazos. 
Y eso deja poso en la ciudadanía, que al tomar partido por uno y otros asimilan ese odio en su día a día y ya ven al adversario político como enemigo encarnizado al que joder bien jodido. 
Esa es la cuestión, en otros países son adversarios, aquí son enemigos a muerte. No se reconocen mutuamente como interlocutores válidos. La política es discusión, intercambio de argumentos, discrepancias en cuestiones muy fundamentales, pero desde el respeto. Respeto y honradez que no han tenido para con el adversario. Esa inquina, esa aversión, esa animadversión, esa mala voluntad, esas ganas de hacer daño, ese thanatos destructor, fue inoculándose poco a poco en la sociedad. 
Y ahora, con la crisis, la justa indignación se tiñe de odio, inquina, aversión, animadversión y ganas de hacer daño. Se hace real la profecía de quien a hierro mata termina muriendo por hierro. Durante años, ese odio, y ese miedo, era una fuente inagotable de votos que se repartían. Ahora se les vuelven en contra todo ese odio, toda esa inquina, toda esa animadversión. 
Por no cuidar del orden, del concierto, del término medio, de la sensatez, del equilibrio, se perderá el orden, el concierto, el término medio, la sensatez y el equilibrio. A ver qué país se nos queda.

Worst Case Scenario

De la politología norteamericana nos llegan una buena parte de los conceptos políticos que usamos a día de hoy. Especialmente cuando entendemos que el objeto de estudio de la política son aquellas prácticas ligadas al poder y la estrategia. Uno de ellos viene que ni pintado para los momentos que vivimos: el de 'Worst/Best-Case Scenario'.
Nosotros lo traduciríamos como 'en el peor/mejor de los casos' o 'en el mejor/peor de los escenarios'. Este tipo de análisis se encuadra dentro de lo que llaman 'Scenario Thinking' o 'Scenario Planning' y que la política toma de la Inteligencia Militar ('War Games'), y es, basicamente, un método de planificación estratégica. 

¿A qué viene todo este rollo? 
Dada una situación inicial, en este caso, el escenario que arrojaron las Elecciones de ayer, se trata de suponer, elucubrar, imaginar, los distintos tipos de escenarios, casos o situaciones plausibles y subsiguientes a medio-largo plazo; y cómo, una vez trazadas esas hipótesis, hacer control de daños, o sea, minimizar los impactos negativos futuros (si el escenario es catastrófico), actuar para mejorar los resultados (si el escenario es malo), o mantener-apuntalar-mejorar lo conseguido (si el escenario es favorable). Estas son las 3 líneas más básicas y evidentes, pero hay más. Todos los grandes partidos políticos tienen asociados Think Tanks, (ver enlace pq explica los Think Tank no ocultos que hay en España) laboratorio de ideas, gabinetes estratégicos, comités de expertos, que se encargan de estas cosas. 
Este rollo viene a que ante toda acción (política) hay que suponer una reacción (política). Y ante la acción que aconteció ayer, la herida grave al bipartidismo, por ejemplo, que es la que más sale en los medios, hemos de esperar una doble reacción, puesto que, grosso modo, son dos los actores (políticos) que se dan cita aquí: una primera reacción que mitigue el varapalo para los partidarios del bipartidismo; y una segunda de aquellos que quieren mantener la herida abierta. Si los primeros no reaccionan les espera la catástrofe y si los segundos no reaccionan todo esto se quedará en fuegos de artificio. Lo de ayer fue el primer movimiento, el primer escenario-caso de una larga temporada de escenarios-casos, que veremos en España, convertida, auténticamente, en un teatro de operaciones políticas. A los que ya lanzan las campanas al vuelo, gozosos y regocijados, esto es solo una tendencia que tiene que ser confirmada, nada más. Queda mucha leña por cortar, mucha estopa por repartir.

Escenario 1: Europa.
Aquí están los resultados oficiales que ofrece la UE.

Hay que decir que se han reducido 15 escaños respecto a las elecciones anteriores (de 766 a 751 escaños), con lo que una lectura 'pura' puede inducir a pequeños errores. Además, allí los partidos se reúnen en grandes coaliciones en las que entran los partidos de aquí. Pienso que la primera lectura habría que hacerla en los porcentajes. Ahí el PPE (de aquí el PP), sale perdiendo por mucho, cae un 7,2% de los votos (de 274 a 214 escaños). Sin embargo los socialdemócratas del S&D (de aquí el PSOE), solo caen un 0,4% (pero caen de 196 a 189 escaños). Todos los grupos clásicos han caído: los demócrata-liberales del ADLE (de aquí nadie), los Verdes (de aquí Equo y Iniciativa per Catalunya Verds) y los conservadores reformistas del CRE (de aquí nadie). Por cierto esto puede verse aquí: 
De los clásicos (por decirlo de algún modo fácil de entender) la única coalición que sube es la Izquierda unitaria-GUE (de aquí IU) que unifica a partidos comunistas de más 15 países de Europa. En el apartado de subidas destacan el EFP (aquí Plataforma per Catalunya) que son partidos de corte nacionalista que pasa de 31 a 40 escaños. Luego hay 41 escaños que no pertenecen a ninguno de los grandes grupos (de aquí Podemos, UPyD y Ciudadanos) y 63 escaños que aparecen este año por primera vez. 
La mayoría absoluta estaba, este año, en 376 escaños. Nadie llega, ni se acercan. Pero es que en las elecciones de 2009 tampoco nadie se acercaba a la mayoría absoluta. Con lo que siendo cierto este mantra que se impuesto en las redes sociales de la caída del bipartidismo, no es una caída total ni catastrófica. En Europa donde sí hay tradición de pacto y entendimiento son frecuentes las alianzas hacia la derecha, entre el PPE y el ADLE, (214 + 66 = 380) o en cuestiones de gran calado entre PPE y S&D (214 + 189 = 403). Las coaliciones de izquierda son más complicadas ya que entre el S&D (189), los ecologistas (52) y el GUE (42) no llegan ni a 300. 
Yo creo que el escenario que se abre aquí no es bueno, desde luego; es malo para las grandes coaliciones pero no catastrófico ni cataclísmico. Y eso me hace pensar, con todo el revuelo mediático que hay, ¿a quién le puede interesar esta oleada de opinión, sobre la catástrofe que se cierne sobre Europa? Habrá que estar atentos. 
Con lo que hay en el Parlamento, Europa puede seguir gobernándose casi con las mismas líneas directrices que la anterior legislatura. Eso sí, estos años oiremos un buen puñado de sandeces de esos partidos más radicales y euroescépticos. Yo entiendo que el auténtico descalabro del cacareado bipartidismo sobrevendrá si los moderados no son capaces de unirse en torno a ideas motrices y comunes de la construcción y desarrollo de Europa. Y será culpa suya, de nadie más. Si siguen como hasta ahora, en sus mierdas, con sus dimes y diretes, con el tú más, con sus corrupciones y no son capaces de ser pragmáticos y llegar a acuerdos válidos para una gran parte de la ciudadanía, entonces sí será cierto el meme de la caída del bipartidismo. En el fondo es lo que pide la gente, regeneración democrática, diálogo, solución de los problemas acuciantes. Si logran reconectar con el gran público, el que ocupa el gran centro de la campana de Gauss,  mejorará el escenario.
El escenario 2, el de España, es harina de otro costal y lo dejamos para otro día.

PD:
Eso desde el punto de vista estratégico. 
Desde un punto de vista más esencialista o idealista sí habría que discutir cómo es posible que en Francia (cuna de gran parte de los ideales europeos y de la socialdemocracia) el partido del Frente Nacional (el de Marine Le Pen) haya ganado con 24 escaños y está a uno de crear grupo propio. Eso requiere artillería intelectual de la buena, las razones sociales (antropológicas y simbólicas incluso) que han llevado a los gabachos a tirarse en manos del populismo simplista. O cómo puede la UE dar pábulo a partidos radicales de verdad, el Partij voor Vrijheid (Holanda, populista e islamófobo) con 4 escaños, el Amanecer Dorado (Grecia, Neonazis) con 2, el FPÖ (Austria, extrema derecha) con 4, el Vlaams Belang (Bélgica, nacionalista e islamófobo) con 1. Si logran ponerse de acuerdo en algo, claro está, alcanzarían 35 escaños. Dudo mucho que alguna de sus propuestas saliera adelante. Pero está allí y tiene voz (y voto) en el hemiciclo y pueden decir todas las barbaridades que se les ocurra. En cierto modo, es este un problema que también ha creado el bipartidismo rancio y corrupto que provoca la tremenda y desaforada indignación de muchos; y que este tipo de grupúsculos es capaz de canalizar a su favor. 

13 de mayo de 2014

El regocijo por el mal ajeno es un oscuro palpitar del ser humano.

Reflexiones patibularias 73

LXXIII


Repito, el regocijo por los males ajenos, por el sufrimiento del prójimo es uno de los perfiles más horribles de la civilización en la que vivimos. Y no escasean los que se alegran de la barbarie, la arista más cafre de nuestra doliente humanidad [Para el que no lo sepa nuestra palabra cafre viene del árabe Kafir que hace referencia al no creyente, el infiel, pero también a la persona ingrata o que realiza actos ofensivos e inaceptables].
Este siempre ha sido un país donde no se daba un duro por la pena de muerte. Había un amplio consenso social en desterrarla de nuestro ordenamiento jurídico porque nos horrorizaba que nos definiera un dislate tan cercano a la Ley del Talión. Sin embargo, enchufas las redes sociales y encuentras un buen número de entradas haciendo comentarios fútiles y banales sobre el asesinato vengativo de todo aquel que no comulgue con las ideas propias o que no se ajusten a unos cánones vagos e indeterminados de una supuesta perfección y limpieza política. Me produce un profundo escalofrío. 
Los que piensan que la situación que vivimos se soluciona colocando guillotinas por las esquinas han de comprender que lo se consigue así es gente guillotinada por todas partes. Nada más que eso, charcos de sangre, cabezas rodando y cuerpos sin vida. Del filo de la guillotina no afloran ni la justicia social ni la verdad, que le pregunten a Robespierre que pensaba que sí y terminó guillotinado en la misma guillotina donde guillotinó a muchos. 
Guillotinados los que no hacen vivir así de mal, guillotinados los que nos quitan las libertades, guillotinados los corruptos, los culpables,  los que nos toman el pelo, los que putean al pueblo,  los que nos llevan al límite, los que nos arruinan, guillotinados todos. ¿Dónde colocamos el límite de los que tiene y no tienen que ser guillotinados? Me estaba haciendo esa pregunta, cuando una buena mañana de martes, al de la guillotina se le ocurre la brillante idea de guillotinarme a mí, por que no demuestro de modo suficientemente contundente mi indignación y cabreo ante los atropellos que sufrimos. ¡Zas¡, ya no hablo más, me han cortado la cabeza.


PD: Contra la banalidad y haciendo frente a la violencia, actuando en la medida de mis humildes posibilidades, una lectura productiva de Hannah Arendt.


Y si alguien piensa que estoy a favor de los que nos hacen vivir así de mal, de los que nos quitan las libertades, de los corruptos, de los culpables,  de los que nos toman el pelo, de los que putean al pueblo,  de los que nos llevan al límite, de los que nos arruinan, le invito a que lea mi blog. Eso sí, la libertad de cada cual de expresar reflexiones y emociones no se negocia, cada uno que haga lo que pueda y lo que sepa, y que la Parca (a lomos de una flamante y afilada guillotina) reparta suerte.

Esto fue ayer. Y hoy añado:
http://www.elmundo.es/espana/2014/05/13/5371bb3a268e3e6e508b456d.html?a=79a31f891aaa73be36fed4a80701b383&t=1399994092

Un día después de la tragedia todo indica que fueron cuestiones escabrosas de tipo personal las que desencadenaron el crimen. No hay motivación política, ni ajustes de cuentas social, ni el comienzo de la revolución-salvación de la Humanidad, ni justicia divina ni nada que se le parezca. Pero los bocazas tuvieron ayer un día grande. Y más de uno quedó retratado como lo que realmente son y llevan dentro, como el ejemplo que he colgado más arriba. La crisis es tremenda, queda claro, de modo palmario; porque sin son malos y perversos los que nos oprimen, la crueldad y banalidad de nuestros libertadores es igualmente escalofriante.


9 de mayo de 2014

¿Qué harías por tus hijos?

Cuando la lógica, el sentido común y la racionalidad; cuando la confianza, la moralidad y la legalidad son completa y absolutamente optativas. También lo son, optativas digo, el sistema legal, el orden y la autoridad competente, las normas de convivencia, el respeto y el saber estar, eso que llaman ser civilizados. 


¿Dónde queda aquello de que el ser humano era un ser racional? ¿No parece que esta Civilización hipermoderna que nos atrapa sólo es una capucha que impide ver la falta de civilización? Cada uno ha de mirarse a sí mismo y dictaminar, claro está. No quisiera convertirme en juez de nada. Para eso puede servir esta serie de televisión, si tiene usted tiempo libre. Como divertimento, claro está (por los primeros capítulos que son los que visto, es un thriller muy bien construido), y también como pie a la reflexión sobre cómo somos de verdad y cómo vivimos. En algunas de la situaciones que vemos en la serie, Voltaire se hace actual: "La civilización no suprime la barbarie, la perfecciona". Algunas buenas series, a la vez que te hacen pasar un buen rato de entretenimiento, te hacen preguntarte por cosas importantes en la vida, en la individual de cada uno y en la colectiva. Y esta serie es un filón.

La serie es, realmente, un McGuffin. La cortina de humo son los niños raptados y todas las barbaridades que están dispuestos a hacer sus padres para que sean liberados, que jeopardizan su vida y su estatus sin pensarlo dos veces. Y no padres cualquiera, sino gente de mucho peso, dinero y poder. Como decía, una cortina de humo, realmente está tratando con (la denostada) naturaleza humana y el perfil más afilado de la misma: el poder. Por cosas como éstas mi querido Maquiavelo no pasa nunca de moda.

Soy de los que piensa que las irracionales son las fuerzas más poderosas de la existencia, son auténticamente necesarias (necesidad filosófica me refiero, no la cotidiana). La afamada razón es la contingente y optativa. Las acciones tremendas y disparatadas que hacen los padres, contra toda lógica, legalidad, moralidad, etc., las hacen por amor. !Qué pifostio más tremendo somos¡ Se sienten bien y seguros, los padres digo, (¿y cuántos de nosotros?) pensando que son gentes racionales dentro de un mundo ordenado en el que tienen asegurado, por el poder, una dosis considerable de tranquilidad y equilibrio; cuando, por amor a esos hijos (o por ocultas emociones inconfesables), acometen increíbles actos de destrucción, violencia y crueldad inmensa hasta llegar al asesinato. No basta con ver al ser humano en su cotidianidad, hay que verlo en el kairós, en el momento crucial, en las situaciones límite donde se definen de verdad las cosas.

¿Cuánto de racional hay en el poder? La serie refleja un lado de la política americana (y quizás de la política universal) importante. La política no hace política, la hacen los políticos, seres humanos de carne y hueso: las gentes que atesoran el poder, y que luego lo intercambian por algo (lo convencional) o se ven abocados a cederlo bajo presión o chantaje (lo no convencional y que en la serie es el motor de actuación). El poder en manos de gentes que tienen no ya debilidades, sino una vida corriente. El amor, la familia, los hijos, las creencias son en determinadas circunstancias un hilo suelto por el que se puede tirar hasta destrozar la madeja. Esto nos deja ante un elemento crucial en la temática del poder. Está la gente que cree tener poder, y lo tiene; y están las gentes que gestionan y administran realmente el poder, que lo hacen tocar tierra y carne humana. Ahí es donde entra el 'malo' de la película, un gestor anónimo de ese poder y su estrategia de manipulación meticulosa y racional que parece cumplirse a rajatabla, como si fuera algo cuasi-mágico. En verdad, me parece, que la razón táctica y estratégica es la opción escogida por su odio, su animadversión y su dolor, también de padre. Está rizando el rizo, haciendo coincidir a dos opuestos, usa la razón para desmontar, subvertir y destruir la razón misma, la base de nuestra civilización. 
Termino con una pregunta abierta a modo de invitación a la reflexión. ¿No parece que el amor, esa emoción tan venerada, tan humana y que tanto nos da, lleva siglos perpetuando la barbarie a un nivel profundo haciendo creer a la razón que realmente tenía el control de la civilización? ¿Y si no es amor sino otra u otras ocultas e inconfesables cosas? ¿De qué estaríamos hablando?


6 de mayo de 2014

Estampas de la política actual

Reflexiones patibularias 72

LXXII

La política actual se caracteriza, entre otras cosas, por estas dos estampas:

1. El 'cuanto peor mejor':
Hace unos cuantos años el partido que estaba gobernando negó la existencia de la crisis, con denuedo. El partido que estaba en la oposición no paraba de pinchar a los del gobierno con todo tipo de artillería haciéndoles ver que sí estábamos en crisis. Un diálogo de besugos: ¡qué no es crisis!, ¡qué sí es crisis! Cuanto peor iban las cosas en la realidad de la calle mejor para sus expectativas. Cuando el ruido del terremoto era imposible de acallar y las grietas del suelo imposible de ocultar, empezaron a decir que sí había crisis pero no era culpa suya sino de una coyuntura internacional que nos había cogido de lleno. Que la culpa suya no era; los otro erre que erre: que es culpa del gobierno. 
Pasó lo que pasó. Los que gobernaban pasaron a la oposición y los que estaban en la oposición pasaron a gobernar. Llegaron los hombres de negro, la Merkel, el rescate bancario y los recortes. Llegó el rechinar de dientes de los ciudadanos. Los que menos perdimos fue poder adquisitivo. A otros el maremoto les quitó gran parte de su vida.  Y uno se pregunta, ¿habrán aprendido algo de todo esto?, ¿habrán aprendido algo que sea útil y beneficioso para la gente normal de la calle? ¿Dejarán de matarse para hacer algo en común que nos ayude a todos?
Y llegamos a estos últimos meses. El partido que gobierna ahora dice que estamos saliendo de la crisis. Que los indicadores económicos le dan la razón. Los que están en la oposición dicen que no, que la crisis no se ha terminado. Y que los pocos datos positivos que hay no son por la actuación del gobierno sino por la coyuntura internacional que está mejorando. Otra vez, un nuevo diálogo de besugos: ¡qué no hemos salido de la crisis!, ¡qué sí hemos salido de la crisis! Cuanto peor sigan las cosas en la realidad de la calle mejor será para los opositores.
Esto es el 'cuanto peor mejor', la especial relación de odio que se tienen los dos grandes partidos, que no aprenden de sus errores, que no piensan en la gente. Los dos partidos se pegaron puñaladas de todos los colores, entonces y siguen con los mismo ahora. A veces uno llega a pensar que realmente la política es esto, dos tíos pegándose puñaladas traperas. Y la gente, los ciudadanos y votantes, las personas de carne y hueso y su vida diaria, son en realidad daños colaterales de lo que de verdad les importa a los grandes partidos políticos y su particular Guerra Fría.

2. El ventilador que remueve y esparce la mierda para que llegue a todos los recovecos de la existencia. 
No hace mucho escribí sobre esto. 
http://losmomentosperdidos.blogspot.com.es/2014/02/el-ventilador.html
Y en estos días el caso de corrupción que está apareciendo en Castilla-La Mancha me da la razón. Hemos llegado a un punto de vileza, de violencia y odio entre los partidos, que la verdad por la justicia y la justicia por la verdad ya no le interesa a nadie. ¡Venganza¡, es lo que queremos, que se cumpla la Ley del Talión. El ventilador está encendido y la mierda se mueve y lo llena todo. Todos tienen mierda escondida en las alfombras, y si mierda sale que salga la mierda de los demás que es peor que mi propia mierda. Y hay una gran diferencia entre hacer las cosas por verdad y justicia que hacerlas por odio y venganza. Éstas últimas solo conducen al caos y a la destrucción, precisamente lo que nos hace falta (nótese el tono irónico de esta última afirmación).

PD:
No quedan ya inocentes en este mundo de la política en el que vivimos. Un auténtico pantano de vileza y podredumbre, de mezquindad supina. De malos contra peores empecinados en hacerse daño sin pensar en los grandes daños que provocan en la población.