1 de julio de 2014

La coincidencia de los contrarios

Nuestra existencia toda, está inmersa en la convivencia de los opuestos. Lo beneficioso junto a lo inservible, lo bueno junto a lo malo, lo provechoso junto a lo dañino, se entremezclan en casi todo lo que nos rodea.
Mira si no a la costumbre, que forja nuestro carácter pero también doma nuestros impulsos. La costumbre -el hábito esforzado y la constancia pertinaz- es el mejor de nuestros entrenadores, nos hace fuertes y capaces de adaptarnos a casi todo. Pero, la costumbre -la repetición de lo indistinto, de lo indiferente, lo de siempre- es también la domadora que nos amaestra y nos quita el impulso felino que muchas veces necesitamos para seguir adelante.

Maestro Mirssa de Boggelund