6 de agosto de 2014

¿Podrá 'Podemos'? Lo que puede estar por venir.

Reflexiones Patibularias 76.

LXXVI
    No soy de los que defiende a 'Podemos'. Tampoco soy de los que les ataca. Me gustan algunas ideas, otras me generan dudas. No creo que haya que estar ni a favor ni en contra de 'Podemos' por pantalones (por no decir otra cosa). Estoy a favor de que entre a formar parte, con lo bueno y con lo malo, del juego en esta arena política que es España. Me parece que es uno de esos temas, por la importancia que puede llegar a tener, en los que hay que mantener la calma, en los que hay que reflexionar muy mucho y en los que hay que tener cuidado con el tono en el que se defiende o critica.
Los que quieren mal a estos políticos (no olvidemos que estamos ante un partido político) se equivocan al ningunear a esta nueva formación, y se equivocan mucho más al hacer una guerra preventiva contra el partido político y los posibles trastornos que pudieran cometer.
Del mismo modo, se equivocan los que han comenzado a idolatrar a estos políticos (recuerdo, una vez más, que es una formación política que se presenta a competir en unas elecciones), y se equivocan mucho más los que quieren creer, por la vía rápida, que van a solucionar todos los problemas y van a convertir este país en poco menos que el Jardín de las Hespérides. 
Ambos, defensores y atacantes a ultranza, equivocan la percepción del futuro. Juegan a nigromantes cuya bola de cristal arroja la visión de terribles desastres o tremendos éxitos. Y lo cierto, al menos hasta donde entiendo, es que nadie sabe lo que vendrá en el futuro: si esta gente será una ruina para el país, o una guillotina para toda la casta, o un partido serio con aspiraciones a gobernar, o una moda pasajera que igual que llegó se esfumará. Nadie sabe nada del futuro. Es más, si yo supiera lo que deparará el futuro no estaría aquí escribiendo sino que gastaría las energías en un buen Euromillón, ¡ya te digo! Esto es muy nuestro, la verdad, ser extremistas y no pensar las cosas con detenimiento y sentido común.
Y seguimos con lo muy nuestro. A un nivel sociológico básico, 'Podemos' se enfrenta a dos procesos estructurales de nuestra sociedad: el cainismo de los que no le quieren y el mesianismo de los que sí les quieren. Y creo, a lo mejor me equivoco, que el maximalismo de sus manifestaciones políticas hacen que tanto una como la otra sean emociones predominantes antes que un pensar racional. Creo que ésta es una duda razonable, ¿qué clase de electorado persigue esta formación? ¿Hay algo más que la firme intención de decapitar a la casta? Tocar la fibra sensible de la gente tiene un límite, imagino que lo sabrán; que saturar de emocionalidad la red y los programas de debate tiene un precio. Y 'Podemos' la toca muy bien, la fibra sensible -me refiero-, canaliza muy bien, para sus fines políticos, el cabreo de la gente. ¿Y cuando llegue la hora de construir, de hacer país, de unir voluntades, de crear y generar actividad, de gestionar el día a día de la gente? Creo que éstas son dudas razonables, preguntas que puedo (yo también puedo) hacerme legítimamente. Pero también digo que hay que esperar para hacer veredictos finales.
'Podemos' toca la fibra sensible de casi todo el mundo: a unos -los mesiánicos- los embarga una sensación impetuosa de destruir a todos esos que se interponen en su camino del cambio, cueste lo que cueste; y a otros -los cainitas- les embarga otra sensación impetuosa de destruir preventivamente a los seguidores de 'Podemos', al culparles, de antemano, de las futuras catástrofes. El futuro, como vemos, es el campo de batalla de las emociones poco templadas.

Hay que centrarse más en el presente, con moderación y tino. Y nada tan presente como los números. ¿Cuántos millones de votos necesitan los de 'Podemos' para gobernar con mayoría absoluta y llevar a cabo todos sus proyectos? Si no gana con mayoría tendrá que pactar con otros partidos. El maximalismo ese tan suyo, tan radical y contundente ha de dar paso a las negociaciones y los pactos con otras formaciones políticas. O, ¿es que 'Podemos' no pactará con nadie, o es que renunciará al diálogo de ideas con otras formaciones? Lo dudo, si quiere el poder para poder (por eso se llama 'Podemos') y no tiene mayoría tiene que pactar, reduciendo sus expectativas para llegar precisamente al poder (por eso se llama 'Podemos' porque como todos quieren poder)
¿Cuántos millones de votos -repito- necesita para ganar por mayoría absoluta y realizar todo su programa de gobierno? Todos vemos lo evidente. 'Podemos' está fagocitando por la tremenda a IU y PSOE. Cada día que pasa les destroza un poquito más. Pero todavía no alcanza al electorado fiel del PP. No es un disparate pensar que puede convertirse en la segunda fuerza más votada del país. ¿Pero esa canalización de votos de un sitio a otro en las izquierdas, serán suficientes para darle la mayoría absoluta? ¿Y si 'Podemos' no sabe o no puede arañar del centro? 
Recordemos, en el 82 el PSOE necesitó 10 millones de votos para tener mayoría absoluta y legislar sin trabas. En el 86, el mismo partido necesitó casi 9 millones; en el 89, el mismo partido poco más de 8 millones. En el 2000, el PP necesitó más de 10 millones y en el 2011, el mismo partido, casi 11 millones. Supongamos que podemos acercar estos datos a las elecciones europeas (técnicamente no puede hacerse pero esto no es tampoco un artículo académico); 'Podemos' obtuvo millón y cuarto de votos; y los grandes partidos pierden el tercio de sus votos. Entonces, haciendo la cuenta de la vieja, podemos multiplicar por 3 los votos de 'Podemos' y estamos en casi 5 millones. Ergo, necesita sacar a la calle otros 4 millones de votos: quitándoselos a PSOE, IU y UPyD, consiguiendo que vote gente que no lo había votado nunca (gente joven y pasiva). Pero, ¿es suficiente para llegar a mayoría absoluta sabiendo que no puede sacar nada del centro-derecha? No lo sé, no juego a futurólogo, hay que esperar. La aritmética política, todo lo indica, en los años que vienen, será más importante que cualquier idea, que cualquier planteamiento. Y lo mismo hay que acostumbrarse a vivir a la italiana, dando tumbos de un gobierno a otro en un mar de inestabilidad. ¡Vaya!, ¿qué hago jugando a futurólogo?

Y vuelvo y termino con el presente. Entiendo que los datos y las evidencias que tenemos hasta ahora son insuficientes para hacer un juicio sumario de estas gentes de 'Podemos'. Hay algo que me gustaría decirles. La casta como les gusta decir, no llegó de Marte. La clase política forma parte de la misma sociedad de la que ellos también han surgido. Harían bien en motivar a su electorado en una regeneración social, especialmente en valores y cultura democráticos más allá de las actitudes beligerantes contra la clase política. Imagino que lo sabrán (son gente lista y preparada), indignarse y destruir es muy fácil, pensar racionalmente y construir no lo es tanto. Por eso entiendo que sería muy interesante que 'Podemos' dejara de dar pábulo a la intensísima rumorología que le rodea, comenzará a tocar tierra y dejase claro, velis novis, qué tienen intención de hacer y qué no tiene intención de hacer. Una campaña electoral lo aguanta todo. Un programa electoral más todavía (sabemos esto muy bien, ¿verdad Sr. Rajoy?). La letra es lo que tiene, puedes escribir el Quijote, otra cosa es que luego hay que plasmar en la vida real lo bonito o utópico que escribiste en aquella hoja en blanco. Lo que importa es lo que haces con el poder que tienes. Y 'Podemos' no tiene poder porque no está gobernando en ningún sitio. Es cierto que campa a sus anchas en internet, pero no está sentado en ningún despacho importante del país. Cuando 'Podemos' gobierne, en algún ayuntamiento, en alguna región sabremos, de verdad, sin dudas, sin jugar a futurólogos, qué hace bien y qué hace mal. Es más, sería incluso conveniente que 'Podemos' gane muchas alcaldías y regiones en las próximas elecciones. Ahí sí estará la verdad, en su programa de gobierno, en su gabinete de dirigentes, en su capacidad de administrar y gestionar, en la capacidad de negociar y alcanzar pactos. Si lo hacen bien la gente les votará y si lo hacen mal la gente no les votará. ‘Podemos’ no juega con unas reglas especiales, para bien y para mal, juega con la mismas reglas que todos los demás. Sólo viendo como es de verdad 'Podemos', en la realidad de un gobierno, sabremos qué hacer con 'Podemos'.