27 de febrero de 2015

Buscan que el odio genere más odio.

Reflexiones patibularias 87

LXXXVII

Una guerra -tal y como se plantean las guerras hoy en día- se mantiene con un incremento constante del odio. Ese es uno de los planteamientos de ISIS en su guerra declarada contra Occidente. Y para que el odio no sólo se mantenga sino que vaya in crescendo, necesitas saber qué es lo que le duele y ofende a tu contrincante. Si consiguen que el enemigo odie tanto o más que tú, conseguirán su objetivo, que no es ganar la guerra, sino destruir el mundo.
En una magnífica película de John Ford, Centauros del Desierto, el cowboy protagonista, cegado por el odio a los apaches que secuestraron a su sobrina, dispara a los ojos de un indio semienterrado. Así no podrá ver cuando llegue al paraíso y se reencuentre con sus ancestros.
En la maldita causa de ISIS están involucrados muchos musulmanes europeos, que saben cómo somos, puesto que ellos eran antes como nosotros. Y ahora utilizan ese conocimiento en favor de su causa. Saben lo que nos impacta, lo que nos ofende, lo que nos enfada; lo saben todo. Seguramente ellos sepan más de nosotros que nosotros de ellos. Dentro de la brutal y criminal truculencia de sus actos late una planificación y una estrategia. 
Hace una semanas apareció el vídeo de la ejecución del piloto sirio. Con montaje cinematográfico estilo Hollywood: movimiento de cámara, zoom, cambio de plano-contraplano y otras técnicas de edición. Buscan un impacto semejante al de las grandes producciones, y filman sus crímenes como si fuera un blockbuster. Saben que eso, a nosotros, nos parecerá una burrada, y que nos joderá ver a ese pobre hombre quemarse mientras hacen florituras cinematográficas. Luego apareció el vídeo en el que un niño (¡un niño!) le pegaba un tiro a dos rehenes rusos. Saben de la importancia sobreprotectora que en Occidente procuramos a nuestros hijos y ellos los muestran asesinado a un ser humano a sangre fría y sin pestañear.
Ahora le llega el turno a las magníficas esculturas asirias.

 http://internacional.elpais.com/internacional/2015/02/26/actualidad/1424955673_750395.html

Ellos conocen la importancia que le damos a la Historia; y sobre todo al arte, que lo hemos convertido en un universal, un a Patrimonio de la Humanidad toda. Que para nosotros es una muestra indeleble de la humanidad que somos, que nos aleja de la monstruosidad que ellos representan. Y salen ahí los muy cabrones dándole martillazos a las indefensas esculturas. Mi amiga Carmen García Lago llora lágrimas de sangre. Precisamente es lo que quieren, que nos cabreemos y les odiemos con la misma fuerza e intensidad con la que ellos nos odian.

15 de febrero de 2015

Ha caído el mito de que la política está basada en decisiones racionales

Reflexiones Patibularias 86

LXXXVI

Efectivamente, somos el ejemplo paradigmático de que la política -como otras cosas importantes de la vida- tiene mucho más que ver con los estados de ánimo y la emocionalidad que con otra cosa.

Comenzamos con un dicho muy nuestro: 'Hay gente pa´tó'
Hay gente que cuanto más se ataca a Podemos, más se acerca a sus posiciones y más quieren votarles. Hay gente que cuanto más critican los de Podemos a los del PPSOE (a partir de aquí serán los otros), más se alejan de sus posiciones y menos quieren votarles.
Hay gente perturbada contra Podemos y gente igualmente perturbada a favor de Podemos. Gente que se encabrona contra otra gente que defiende a Podemos; y gente que se encabrona con otra gente que ataca a Podemos. Por eso, unos quieren echar, expulsar, derrotar a los otros. Por eso los otros quieren evitar, impedir, apartar a los unos. Curiosamente, unos y otros -en estos son iguales- se largan toda clase de improperios y palabras gruesas. 
Hay gente que le parece mal la campaña de difamación que los otros están haciendo contra Podemos. Y hay gente que le parece mal la campaña de difamación que Podemos está haciendo contra los otros. Nos encontramos a mucha gente que odia a Inda. Nos encontramos a mucha gente que odia a Errejón. [Por decir dos nombres a vuelapluma y no llenar esto de cadáveres] Aquí no se calla nadie, ni los unos ni los otros. Aquí todos dicen no tener miedo, que el miedo lo tengan los demás. A veces la simetría juega malas pasadas a la vista.
La gente de Podemos dice que lo bueno, lo deseable es que los otros dejen el gobierno. La gente que no vota a Podemos dice que lo bueno, lo deseable es que estos no entren en el gobierno. La gente de Podemos dice que ya no se dejan engañar por los engaños de los otros. La gente que no es de Podemos dice que no se dejará engañar por los engaños de Podemos. La gente de Podemos dice que la auténtica libertad es la de ellos; la gente que no es de Podemos dice que la libertad genuina está lejos de Podemos.
La gente de los otros ve como radicales peligrosos a los que votan a Podemos. Los que están con Podemos ve a la gente de los otros como cooperantes y como cómplices de la corrupción. Esta clase de frentismo es la liquidación de facto de la política. Precisamente, una de las razones del nacimiento de la política es la decisión del ver en el contrario-enemigo un interlocutor válido con el que hablar y debatir y hacer cosas. Lo que hace la gente de Podemos y lo que hace la gente de los otros, al negarse el pan y la sal, es romper todos los puentes, todos los vínculos y relaciones comunitarias posibles. Lo que hacen, cada uno, es levantar un muro, de modo que lo que tenemos es una pared que aumenta de grosor a cada insulto e improperio que se intercambian en internet y en las muchas tertulias que pueblan la radio y la TDT.
Hay gente que dice que va a votar a Podemos porque 'no podemos estar peor', y gente que dice que no va a votar a Podemos porque con ellos 'todo irá a peor'. Otra semejanza, unos dicen que si no entra Podemos las cosas están acabadas y otros dicen que si entra Podemos la cosas se podrán mal, pero de verdad. La cosa es que unos y otros dicen que entraremos en una especie de época apocalíptica. Pero en un infierno los diablillos llevarán los cuernos en un sitio y en el otro infierno mirando para el contrario.

¡Estoy exhausto¡
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¿Cómo convencer al convencido con otra convicción distinta a la convicción que ya le ha convencido?
Hay un problema importante aquí: que no podemos dividir el país (o la sociedad) en dos, y que en una parte vivan los otros y en la otra parte vivan los unos. Y con esta actitud de 'tierra quemada', las Elecciones no van a solucionar nada: será el comienzo de un problema de frentismo, de unos contra otros, aun más grave. Se corre un peligro importante: que el campo de batalla se traslade del Twitter y del Facebook a la calle, a los trabajos y a las plazas. Y unos y otros serán igualmente culpables, aunque unos dirán que la culpa es de otros y otros dirán que la culpa es de unos ¡Menudo somos los españoles para andar jodiendo a los que nos caen mal¡
Cada vez estoy más convencido de que los griegos inventaron precisamente la democracia para esto. Para que la aritmética resolviera lo que la mala leche y el odio no podían. Si la deliberación y el consenso no son posibles porque ninguna de las partes quiere ceder lo suficiente para encontrarse en el centro (por decir algo), y esa imposibilidad hace surgir la frustración y el encabronamiento, hasta llegar a la violencia, el hecho de que todas las partes acepten que las matemáticas decidan el destino de la humanidad, es el menor de lo males posibles. 
Lo que se plantea después, es si serán unos o los otros los que decidan dejar de hacer caso al pacto tácito de la aritmética democrática. Entonces sí que llegarán los problemas, de verdad.
¿A ver si va ser imprescindible la presencia del tercero activo (Norberto Bobbio) o la figura de algo parecido al Nomotetes de los griegos?