27 de marzo de 2016

La Hospitalidad para los antiguos.

55.


Tessera Hospitalis. Tésera de Turulio, Bronce, Siglo I a.C., (Aparecido en Cedrillas, Teruel). Museo Arqueológico Nacional (Madrid)



¿Qué quiere decir símbolo? Es, en principio, una palabra técnica de la lengua griega y significa «tablilla de recuerdo». El anfitrión le regalaba a su huésped la llamada tessera hospitalis; rompía una tablilla en dos, conservando una mitad para sí y regalándole la otra al huésped para que, si al cabo de treinta o cincuenta años vuelve a la casa un descendiente de ese huésped, puedan reconocerse mutuamente juntando los dos pedazos. Una especie de pasaporte en la época antigua; tal es el sentido técnico originario de símbolo. Algo con lo cual se reconoce a un antiguo conocido” 
La actualidad de lo bello. H.-G. Gadamer, pp. 83-84.


Lo antiguo pasa, en no pocas ocasiones, como algo desfasado e inservible. Y se desprecia de plano. Nuestra técnica, nuestra tecnología, eso nos decimos, nos aleja de aquellas barbaries. ¡Qué ilusos! ¡Cuánto podríamos aprender¡ A los modernos no nos gana nadie en barbarie, como bien saben los refugiados sirios que se mueren en el Egeo.

22 de marzo de 2016

Circular por la vida

54.


Conducir -un coche por calles y carreteras- es el más fiel altavoz de nuestra personalidad y, sobre todo, de nuestra catadura ética.

Foto: Fotograma de la película 'Aprendiendo a conducir' de Isabel Coixet (Learning to drive, 2014).

17 de marzo de 2016

Por el mar corre la liebre... Y por el monte la sardina.....




53.

Muchos no entienden que gente con pocos ingresos, o de bajo nivel cultural, o de la clase obrera de toda la vida, termine votando a partidos conservadores, o liberales, o recortadores de derechos sociales.
Pero no es menor la cantidad de gente que no entiende cómo la gente de alto poder adquisitivo, o de alto nivel cultural, o de la burguesía liberal de toda la vida termine votando a partidos de izquierdas, o a populistas, o a intervencionistas derrochadores.

Es lo que tiene la vida, que a veces, es muy difícil entender algunas cosas. O que las cosas encajen como tiene que ser. Y, entonces, los que no comprenden se cabrean, y llaman gilipollas a los que no hacen las cosas como habrían de hacerlas, especialmente al primer caso. 

Ya que estamos por la senda de la ironía, se me ocurre algo. Para que sea posible la 'conciencia de clase' -concepto acuñado por K. Marx- es necesario y condición sine qua non, que el ser humano sea un auténtico 'homo economicus' -concepto acuñado por A. Smith. ¡Casi nada!

Para que la gente tenga conciencia de su clase, el lugar que ocupa en el entramado social, la gente tiene que tener los pies en el suelo, la gente tiene que tener clara las cosas, que no se deje engañar, ni manipular, que tenga espíritu crítico. ¿Y quién es este sujeto, así con tan magníficas cualidades? Está claro, ¡no! El sujeto que decide racionalmente.
Sólo un sujeto racional puede tener conciencia de clase. Éste prefiere, elige y decide porque sabe lo que mejor le conviene a él mismo y a todos los suyos, los que son como él mismo. Es lo mejor que le puede pasar a la conciencia de clase, porque este sujeto racional elimina todas las contradicciones y la inconsciencia de no reconocerse dentro de esa clase. Así todo el mundo votaría lo que le corresponde. 
El sujeto posesivo, movido por la utilidad y la maximización del beneficio, ese capaz de hacer cálculos complejos en sus decisiones, sería el individuo ideal para hacer realidad la conciencia de clase. La impresionante capacidad de este sujeto le hará consciente y sabedor cabal del lugar que ocupa en el mundo y cuáles son sus auténticos enemigos en la sociedad.
Un sujeto hiperracional -el de los liberales- es la clave para que se pudiera desarrollar la conciencia de clase -de los marxistas. La liebre y la sardina se necesitan mutuamente, está claro. 

Y todos esos que no entienden nada -y ven como su vida se llena de caos e incertidumbre- verían como el puzle encaja a la perfección: cada oveja con su pareja y cada clase votando lo que le corresponde. ¡Y ganábamos por goleada, seguro! 
También pueden cantar alegremente conmigo: vamos a contar mentiras tralará, vamos a contar mentiras.....

5 de marzo de 2016

Dialogar, para llegar a acuerdos, en un charco de mierda.

52.

El encanallamiento ya llegó a todos sitios. Era una cosa que empezó hace años. Comenzó en las columnas de los periódicos, también en los editoriales. Pasó a las tertulias de radio y televisión. Pasó a los dibujantes, a los viñetistas y humoristas gráficos. Pasó a los programas de debate nocturno. No quedó un lugar donde unos y otros se tiraran la mierda a puñaos. Luego llegó internet, y las redes sociales. Y la cosa se amplificó con el arte del meme embarrado en mierda. Pero, mientras tanto, detrás de todo esto, hay una sociedad que se ha ido encanallando. Y también, mucha tierra quemada. Esta semana ha sido tremenda, se han repartido estopa, han dinamitado un montón de puentes, se han tirado montones de mierda a la cara. Han hecho explícita una coyuntura que latía implícita en el día a día de la calle y de las redes sociales, sobre todo esta última.

Dice Byung-Chul Han -filósofo coreano-alemán- que el 'shitstorm' (tormenta de mierda, literalmente) es una categoría fundamental de la era digital en la que vivimos.
Los políticos no vienen de Marte, ni la mierda que se reparten sale de un zoo. Todo parte del mismo sitio. Ellos no son un todo independiente de otro todo que el cuerpo social. Son una parte del todo. Pero es más fácil ver en ellos toda una panoplia de defectos que no aceptamos en nosotros mismos. Como sea.... Ahora estas disquisiciones bien que pueden entrar en el bote de las cosas superfluas.
El problema es que este encanallamiento es tan poderoso que impide el pragmatismo necesario para salir del atolladero en el que estamos. Todo el mundo dice que es hora de hablar, de dialogar, de llegar a acuerdos. Todo el mundo miente, como bellacos. Lo que todo el mundo está diciendo es hazme a caso a mi, haz lo que yo te diga, que yo no me muevo.  Vota tú a mi partido que yo no votaré al tuyo. Negocia conmigo pero haciendo lo que yo diga que si no, no hay pacto. Nadie quiere ceder. Nadie acepta a otro como interlocutor. Esto es muy nuestro, llamar diálogo al asunto si el otro partido hace lo que digo. ¿Y quién quiere negociar, solo viendo la cantidad de insultos y mierda que han recibido de los otros? El orgullo, la cabezonería, el amor propio son tan nefastos en el aspecto personal como en el político. Gadamer -otro filósofo alemán-alemán- siempre decía que es posible que el otro tenga más razón que yo, y que por eso hay que estar abiertos al diálogo. ¡Que iluso, verdad!

3 de marzo de 2016

Equilibrio

51.

1. Orden. Constancia. Equilibrio. Punto de estabilidad. Homeostasis.
2. Desorden. Desequilibrio. Inestabilidad. Inconstancia. Caos.

A. Estados de Felicidad, de Bienestar, de Igualdad, de Justicia.
B. Estados de Sufrimiento, de Maldad, de Desigualdad, de Injusticia.

No creo que nadie en su sano juicio psíquico y moral prefiera los estados de B antes que los de A. Yo no los prefiero, ni los quiero.
O sí, hay gente que los quiere? Que haya gente que no los quiera para uno mismo, pero sí para otros. Los B para los otros y para mi los A. Los hay.
Y hay gente -me meto entre ellos- para los que lo importante está en el 1. En el estado de orden y equilibrio, tanto en las situaciones de felicidad como las de sufrimiento e insatisfacción. 
Aunque bueno, dice Oscar Wilde que el orden es cosa de mediocres. Y Kropotkin dijo una vez que el orden es la servidumbre, embotamiento de la inteligencia, el envilecimiento de la raza humana. ¡Madre mía!, estoy condenado.

Pablo Picasso - Acróbata y joven equilibrista

Acróbata y joven equilibrista, Pablo Picasso (1905)
Oleo sobre lienzo, Museo Pushkin (Moscú)

Plegaria

50.

Y si pudiera pedir a los dioses, o suplicar al destino, por algo y que me fuera concedido, sé lo que pediría. Tener hielo en las venas, la mente siempre fría.

Y si encontrara una lámpara revoleada en algún pudridero de la vida, y al frotarla apareciera un mago que satisficiera un deseo, le pediría un billón de dolares. Es la única manera de mantener el corazón caliente. 

El Maki