10 de mayo de 2016

Los 'morituri'

61. 


Ave Caesar, morituri te salutant, 1859.
Jean-Léon Gérôme. The Yale University Art Gallery

Desde que el mundo es mundo existen personas que están especialmente capacitadas para la violencia física. Cuando los antropólogos e historiadores nos cuentan la historia de la división del trabajo, lo de la caza y la recolección, la agricultura, la artesanía y todos eso, se obvian otras grandes especializaciones culturales humanas que aparecieron tempranamente: el hombre cuyo oficio era el contacto con el cosmos, o con la muerte, o con las fuerzas de la Naturaleza (el chamán), el hombre cuyo oficio es la violencia física directa (el soldado) y la mujer cuyo oficio era el placer sexual (la puta). Hoy me hago eco de la violencia. 
En ningún otro sitio como en Roma, la cuestión del hombre cuya existencia toda rondaba en torno a la violencia, llegó a exponerse de manera tan fehaciente. El Gladiador era una de las figuras claves que nos explican el Imperio Romano. Pero creo que va más allá de eso. El gladiador (y el espectáculo de gladiadores) explica un montón de cosas del ser humano.
Porque claro, harina de otro costal sería reflexionar por la tremenda influencia y fascinación que tiene la violencia sobre nosotros. Y muchos piensan que eso era cosa de los antiguos, ¡esos bárbaros! Visionan, claramente, a esa gente chillando a la arena para que se despedacen los gladiadores. Y sin embargo no relacionan eso con esa otra gente jaleando y bramando desde la redes sociales para que se despellejen los políticos entre sí. Y ya se cruzan apuestas de si el día 26 habrá más sangre vertida de votantes del PP o de Podemos. 
Como decía Voltaire la civilización no acaba con la barbarie, lo que hace es perfeccionarla.


Pollice Verso, 1872.
Jean-Léon Gérôme. Phoenix Art Museum


Naumáquia, 1894.
Ulpiano Checa. Museo Ulpiano Checa.

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