17 de marzo de 2016

Por el mar corre la liebre... Y por el monte la sardina.....




53.

Muchos no entienden que gente con pocos ingresos, o de bajo nivel cultural, o de la clase obrera de toda la vida, termine votando a partidos conservadores, o liberales, o recortadores de derechos sociales.
Pero no es menor la cantidad de gente que no entiende cómo la gente de alto poder adquisitivo, o de alto nivel cultural, o de la burguesía liberal de toda la vida termine votando a partidos de izquierdas, o a populistas, o a intervencionistas derrochadores.

Es lo que tiene la vida, que a veces, es muy difícil entender algunas cosas. O que las cosas encajen como tiene que ser. Y, entonces, los que no comprenden se cabrean, y llaman gilipollas a los que no hacen las cosas como habrían de hacerlas, especialmente al primer caso. 

Ya que estamos por la senda de la ironía, se me ocurre algo. Para que sea posible la 'conciencia de clase' -concepto acuñado por K. Marx- es necesario y condición sine qua non, que el ser humano sea un auténtico 'homo economicus' -concepto acuñado por A. Smith. ¡Casi nada!

Para que la gente tenga conciencia de su clase, el lugar que ocupa en el entramado social, la gente tiene que tener los pies en el suelo, la gente tiene que tener clara las cosas, que no se deje engañar, ni manipular, que tenga espíritu crítico. ¿Y quién es este sujeto, así con tan magníficas cualidades? Está claro, ¡no! El sujeto que decide racionalmente.
Sólo un sujeto racional puede tener conciencia de clase. Éste prefiere, elige y decide porque sabe lo que mejor le conviene a él mismo y a todos los suyos, los que son como él mismo. Es lo mejor que le puede pasar a la conciencia de clase, porque este sujeto racional elimina todas las contradicciones y la inconsciencia de no reconocerse dentro de esa clase. Así todo el mundo votaría lo que le corresponde. 
El sujeto posesivo, movido por la utilidad y la maximización del beneficio, ese capaz de hacer cálculos complejos en sus decisiones, sería el individuo ideal para hacer realidad la conciencia de clase. La impresionante capacidad de este sujeto le hará consciente y sabedor cabal del lugar que ocupa en el mundo y cuáles son sus auténticos enemigos en la sociedad.
Un sujeto hiperracional -el de los liberales- es la clave para que se pudiera desarrollar la conciencia de clase -de los marxistas. La liebre y la sardina se necesitan mutuamente, está claro. 

Y todos esos que no entienden nada -y ven como su vida se llena de caos e incertidumbre- verían como el puzle encaja a la perfección: cada oveja con su pareja y cada clase votando lo que le corresponde. ¡Y ganábamos por goleada, seguro! 
También pueden cantar alegremente conmigo: vamos a contar mentiras tralará, vamos a contar mentiras.....