1 de abril de 2016

Cuando uno es tonto, y no para de decir tonterías.

56.



Un número creciente de personas dependen de las nuevas tecnologías, de aparatos cada vez más pequeños, que hacen cada vez más cosas. Dispositivos que llegan con la promesa de conectarnos al mundo entero. 
Sin embargo, lo que aparece tras ese uso masivo no es un nuevo espíritu comunitario y público, sino el refuerzo del ego narcisista, centrado en el sí mismo y todo lo que pueda sacar en provecho propio. 
No es tanto lo que quieres dar –compartir- como lo que quieres recibir, lo que quieres coger, la fama que buscas, el éxito que pretendes, etc. 
El resultado es un enjambre de solitarios expuestos a las miradas de todos, dependientes no de la propia voluntad sino de la tecnología. 
Cada vez son más las cosas que dejamos en manos de la tecnología. Y nadie parece ver que un fallo en cadena de esa tecnología nos pondría en la Edad Media.

Y aquí está el tonto diciendo estas tonterías usando como herramienta la misma tecnología que está criticando. Además, ser catastrofista y apocalíptico no es trending topic. ¡Qué poca gente va a leer este post!