20 de mayo de 2017

88.

Tribus de antropófagos buscando algún miembro podrido que llevarse a la boca. 
Buitres sobrevolando el futuro cadáver esperando el fallecimiento para lanzarse a por los restos.
Y piensan que en la realidad solo existen ellos -sus ansias de sangre- y el otro moribundo -que merece toda la muerte que le viene.
Y no se percatan que ni el canibalismo ni la necrofágia levantan una sociedad.   

4 de mayo de 2017

La coartada de la "sociedad".

87.

Es bueno que siga habiendo gente piadosa que no quiera ver ni entender que la violencia forma parte del ser humano. 
Es digno de loa que sigan escandalizándose frente a lo inaudito de la violencia. 
Todos y cada una de las personas normales y corrientes pensamos que no seríamos capaces de hacer lo que hizo esa otra persona normal y corriente. 
Hasta que dejó serlo –normal y corriente digo. O es que eso de normal y corriente no existe, nos pongamos como nos pongamos. 
La violencia late en el mismísimo interior de eso que llamamos personas normales y corrientes. 
Nos cuesta unir A con B. No se atreven muchos, les asusta miran más allá de lo evidente. 
Las personas que se retuercen en la violencia no llegaron de Marte, ni saltaron de las páginas de un Bestiario medieval. 
Somos nosotros mismos, pero esforzándonos notablemente por un espíritu –una conciencia, o una psique- bonancible. 
No dejar que la violencia se desate requiere esfuerzo -ético y emocional.
Es bueno –digo y repito- que siga existiendo personas así, horrorizadas por el horror. 
Lo que no comparto es que les parezca que es un fallo estrepitoso de la sociedad.
Eso es hacer dejadez de la propia conciencia, de la propia autonomía, del propio esfuerzo, del trabajo -emocional y ético- que hay que hacer con uno mismo. Poner en manos del conjunto nuestro ser y nuestra conducta sí que es un fallo estrepitoso.
Al final, nada será imputable a uno mismo. Todo será culpa y responsabilidad de la sociedad. Y podremos deshacernos de nuestros fallos estrepitosos colgándolos a eso que llamamos sociedad.
Ese día no habrá modo de parar la violencia.

1 de mayo de 2017

En realidad, y aunque parezca otra cosa, todos tenemos algo por lo que luchar y matar. Más le valdría a algunos, repensar las etiquetas que le colocan a sus enemigos, so pena de salir -una vez más- escaldado y con la frustración en cantidades incompatibles con la vida y una salud mental digamos que aceptable.

86.


A los que piensan que su lucha, justa y necesaria, va contra los que llaman cobardes, conformistas, apáticos, colaboradores e insolidarios. A los que piensan que tienen que hacer frente a estos ante que a los poderosos. A los que piensan que hacen esta cruzada como el nuevo gran compromiso con la vida.

Toda pedrada que lancéis contra uno de esos es una piedra -y un esfuerzo- menos que se lleva en la sesera el rico, el poderoso, el corrupto, etc... Este cambio de estrategia quita presión arriba y la añade abajo. ¿No estarán manipulando vuestro estado emocional, de frustración constante, para que ataquéis al que no tiene poder alguno, dejando escapar vivo y coleando al auténtico responsable de las injusticias?

Tened en cuenta que si abrís una guerra, al que ataquéis os devolverá la lucha sin cuartel. Os estáis parapetando en una etiquetas llenas de desprecio pero que no hace justicia a la realidad de las cosas. Esos también tienen un compromiso con su vida, también tienen cosas que conservar. Cosas por las que luchar y pelear. Aunque a vosotros os parezcan mezquinas, son suyas y las van a defender del mismo modo que vosotros defendéis lo vuestro. 

Pensáis que os lanzáis a una magnífica epopeya, que la razón está de vuestra parte y que vuestro compromiso os acerca a la victoria. Es curiosa la forma en la que aquí se mezcla lo infantil -lo naif incluso- con la agresividad y la violencia. Realmente, os asignáis el maravilloso papel de héroes de vuestra propia narrativa pero no tenéis garantía alguna de la victoria. Es más, ni imagináis siquiera cómo quedará el campo de batalla cuando terminéis de despedazaros. Incluso si conseguís tan magnífica victoria. 

Tierra quemada para el que quede. Más Olimpo para el poderoso.